innovar, explorar vías para mejorar un negocio, no es labor exclusiva de la industria y muchas veces es tan sencillo -o tan difícil- como tener una buena idea y apostar por ella. Arrendamiento 10 ha encontrado su camino para crecer y ser algo más que una inmobiliaria al uso a raíz de encontrarle respuesta a uno de los principales temores de los propietarios de pisos en alquiler: los impagos. Esta compañía vasca garantiza a sus clientes que la renta estará en su cuenta el día 10 de cada mes aunque el inquilino no la pague.

Arrendamiento 10, con sede en Bilbao, se hace cargo de los impagos gracias a las pólizas que tiene suscritas con compañías de seguros. Su volumen de negocio es elevado -gestiona 400 alquileres en estos momentos- y eso le permite negociar las condiciones con las corredurías. Además, realiza un estudio financiero de los inquilinos y descarta los perfiles de riesgo de forma que los problemas se reducen de forma significativa.

Es un buen negocio para el propietario, que cobra pase lo que pase; para la inmobiliaria, que no deja de ganar clientes, y también para las aseguradoras, que superan los impagos que asumen con el volumen de pólizas contratadas.

El gerente de Arrendamiento 10, Igor Godoy, explica a DEIA las claves de este nuevo modelo de negocio. El cliente que pone su piso en alquiler paga una cuota mensual que varía en función de cada piso y que para una renta de 800 euros asciende a 69 euros. “Por ese dinero, el cliente tiene la tranquilidad de saber que, pase lo pase, va a cobrar la renta”, asegura Godoy.

También paga el precio de ahorrarse el engorro de tener que iniciar los trámites de desahucio en caso de impagos. La empresa se ocupa de todo: una vez activada la póliza que cubre el retraso, el propietario del piso recibe un sms informándole de la situación y de que Arrendamiento 10 ya ha contactado con el inquilino para exigirle que se ponga al día con el pago. Si no lo hace y deja a deber otro mes, se denuncia la situación en los tribunales y se abre el protocolo del desahucio.

En ese momento, la empresa comunica personalmente al propietario que el desalojo está en marcha y lo habitual es que un mes después ya esté vacío el piso y haya una sentencia que obliga al moroso a saldar su deuda y pagar las costas.

En el peor de los casos, si la policía tiene que desalojar al inquilino, el dueño del inmueble tampoco tiene que pasar por ese trance. De hecho, a no ser que el dueño del piso así lo desee, el arrendador ni siquiera conoce al arrendatario y todas las comunicaciones se realizan a través de Arrendamiento 10.

¿Qué ocurre con las reparaciones? La inmobiliaria se encarga de buscar a los profesionales para cada arreglo y de discernir quién debe asumir el gasto en cada caso. Además, como Arrendamiento 10 trabaja con un gran volumen de pisos consigue precios más competitivos y tiene incluso un servicio técnico que realiza pequeñas reparaciones a precio más bajo que el de mercado.

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