BILBAO. La construcción de una planta por parte de Tubacex en Cantabria ha reabierto en toda su crudeza el debate sobre el atractivo de Euskadi como territorio para acoger nuevas inversiones industriales y la competitividad de las empresas vascas. Una de las razones de esta pérdida de competitividad son los altos costes laborales y energéticos que soportan las compañías vascas, según señaló ayer el presidente de Tubacex, Álvaro Videgain, que indicó que los costes por trabajador de las fábricas de Tubacex radicadas en el valle de Aiala (Araba) son "un 15% superiores a las de las plantas del grupo en Austria y un 35% más que las de Estados Unidos".
Durante su intervención en un foro organizado por el Consejo Empresarial para la Competitividad, en la sede de Iberdrola en Bilbao, el máximo responsable de Tubacex se refirió a la decisión de la compañía vasca de instalar en Cantabria una pequeña planta de acabados de los tubos de acero inoxidable sin soldadura que se elaboran en Laudio. Tras precisar que "se ha sacado de contexto" la decisión de su grupo de realizar una nueva inversión fuera del País Vasco, el empresario manifestó que la inversión en Cantabria -consistente en una planta para el tratamiento de superficies en el campo del granallado y cuyo objetivo es incrementar la resistencia de los materiales, tubos, sometidos a altas temperaturas en las centrales térmicas de última generación- se trata de una operación "muy medida".
El presidente del segundo mayor fabricante de tubos de acero inoxidable sin soldadura del mundo recalcó que Tubacex sigue en Euskadi donde se han invertido cerca de 100 millones de euros en los últimos cuatro años, sobre un total de 152, y aclaró que "seguimos aquí gracias a que se ha invertido en otros sitios".
Videgain definió la competitividad como la capacidad de generar beneficios hoy y a futuro porque, según indicó, esos beneficios permiten retribuir a todos los factores que confluyen en una empresa y garantizar nuevas inversiones. En este contexto reclamó unos costes laborales "adecuados" en Euskadi y reiteró que la realidad actual es que en las plantas alavesas de Tubacex el coste por trabajador es más elevado que en sus plantas en Europa y América.
Videgain destacó la importancia de ser competitivo en un mercado global. En este sentido, señaló que "el 95% de nuestras ventas van a la exportación", segmento en el que es fundamental innovar para seguir siendo competitivo: "El 20% de nuestras ventas actuales son de productos que no hacíamos hace tres años".
Ante el revuelo generado por el anuncio de realizar una inversión en Cantabria, Videgain indicó que "hay problemas en este país mucho más importantes que esta decisión", al tiempo que recordó que la empresa "se debe a sus accionistas y a sus mejores proyectos".
En todo caso, restó importancia a esta inversión, una más en un grupo que tiene "presencia mundial" con fábricas en EE.UU. y en Austria, además de en Euskadi, y con oficinas y almacenes en Brasil, en Medio Oriente, en Asia y en el resto de Europa. Por ello, indicó que el hecho de hacer un proyecto en Cantabria que "se limita a la terminación de unos tubos con una inversión inicialmente muy medida, se ha sacado de contexto en todo momento".
Asimismo pidió un nuevo modelo de relaciones laborales en Euskadi y confesó que en algunos momentos se ha enfrentado a ciertas dificultades para sacar proyectos adelante. "En algunos momentos hay que aceptar que las decisiones son las mejores para el grupo", concluyó.
Para disipar dudas, Videgain indicó que la jornada laboral anual en las plantas de Tubacex era de 1.656 horas en Euskadi frente a las 1.752 de Austria o las 1.880 horas de Estados Unidos. A todo ello añadió unos costes energéticos más altos que en otros países. "Aquí la tarifa eléctrica se parece a la de la gasolina, la mitad son impuestos, tasas... y así no se puede competir", aseveró.
Su intervención eclipsó en alguna medida los buenos datos sobre la mejoría de la competitividad de la economía española en los últimos meses desmenuzados tanto por el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, como por el director de Economía de Telefónica, Juan Antonio Mielgo. Los dos directivos afirmaron que la recuperación económica en España ya se ha iniciado "pero tenemos que consolidarla perseverando en los esfuerzos y finalizar las reformas pendientes". Como ejemplo de esta mejoría citaron la recuperación de la credibilidad y la confianza de los mercados financieros.