La fuga de capitales de España se dispara tras la crisis de Bankia
Los mercados retoman el acoso por el escepticismo sobre la intervención del BCE
MADRID. La gestión de la crisis de Bankia por parte del Gobierno popular empieza a pasarle factura económica a España. La fuga de capitales se disparó el pasado mes de mayo tras la intervención pública de la caja estrella del PP. La salida de dinero de un país es termómetro de la desconfianza que genera y en los cinco primeros meses del año ya han abandonado el Estado 163.185 millones de euros frente a los 97.765 millones que lo hicieron durante todo 2011. La fuga superó los 41.200 millones solo en mayo, como consecuencia de la huida de inversiones en cartera, préstamos y depósitos justo coincidiendo con la caída de la caja dirigida hasta entonces por Rodrigo Rato.
En el mismo periodo de 2011 el saldo era positivo y se acumulaba una entrada neta de capital de 14.598,5 millones, de acuerdo con los datos de la balanza de pagos publicados ayer por el Banco de España. A partir de ahí la situación ha empeorado paulatinamente y cada vez de forma más acelerada. La desconfianza y el clima de incertidumbre han llevado a aumentar las desinversiones en España tanto de extranjeros como de nacionales, al tiempo que se están repatriando algunos fondos pero en mucha menor cuantía.
Las inversiones en el mercado financiero -préstamos, depósitos y otros instrumentos- acumularon salidas netas por valor de 108.925,2 millones, de los que la mitad (54.139,8 millones) se corresponden con capital extranjero y la otra mitad (54.785,4 millones) con el dinero que los españoles invierten en el exterior, informa Efe.
Frente a las fugas de capital, las inversiones directas originaron en los cinco primeros meses del año entradas netas de 6.907 millones, cuando un año antes salían 9.290,1 millones, fundamentalmente porque la inversión de España en el exterior era seis veces mayor.
repunte de la prima de riesgo El crédito del Estado es cada vez más escaso y las dudas sobre la resolución de la crisis de deuda soberana que sufre Europa impactaron ayer, tras varios días de mejora, en el mercado secundario de deuda e hizo que la prima de riesgo española sumara 23 puntos, hasta 546 puntos básicos.
El apoyo manifiesto al futuro del euro que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dio el jueves pasado hizo que durante varias sesiones se relajaran las tensiones en los mercados de deuda, y que la prima de riesgo española se colocara muy por debajo de 600 puntos. El riesgo país de España se situó el lunes al cierre en 524 puntos, pero ayer la incertidumbre sobre las medidas que adoptará el BCE en la reunión de mañana mermaron la confianza en la deuda española e hizo que la rentabilidad del bono a diez años subiera al 6,75%, frente al 6,61% del lunes.
El cambio de tendencia se produjo después de que el ministerio alemán de Finanzas ratificara su rotundo rechazo a dotar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), o fondo permanente de rescate, de una licencia bancaria.
A este factor se suman otras incertidumbre, como la reunión que ayer inició la Reserva Federal estadounidense, o la que mañana jueves celebra el BCE. Los inversores están expectantes ante esta reunión porque esperan que su presidente, Mario Draghi, materialice sus palabras de defensa del euro en medidas concretas. Por el momento se desconoce qué instrumento podría anunciarse y qué alcance tendrá, por lo que todavía es posible que el banco central decepcione al mercado. Las dudas del mercado afectaron también a la Bolsa, donde el Ibex 35 perdió un 0,94%. El selectivo bursátil se ha dejado más de un 5% en julio y ha abandondo la cota de los 6.800 puntos, a pesar de anotarse una subida del 14% en las tres sesiones anteriores.