Grecia acepta otro rescate y profundos ajustes entre fuertes disturbios
Más de cien heridos en choques entre la policía y opositores al pacto con la troika
bilbao. El Parlamento griego dio luz verde ayer al restrictivo plan de recortes que solicita la troika -formada por BCE, FMI y Unión Europea- y que le permite acceder a un nuevo rescate de 130.000 millones de euros, salvar la bancarrota y mantenerse en la Eurozona. El debate parlamentario que precedió a su aprobación duró todo el día de ayer mientras, de forma paralela, decenas de miles de ciudadanos se manifestaban en las calles en contra de los ajustes, protestas que fueron reprimidas por la policía y que acabaron con un centenar de heridos y una veintena de edificios incendiados, según Efe.
El Gobierno griego ya había alcanzado el pasado viernes un acuerdo para aprobar ayer el plan de rescate que pero, tras las dimisiones ocurridas a lo largo de la semana, el primer ministro, Lucas Papademos, temía que pudiesen surgir nuevos disidentes dentro de la coalición que gobierna -el partido socialdemócrata PASOK y el conservador ND- que votasen en contra. Para evitarlo, el sábado por la noche el propio Papademos lanzó un mensaje con tintes más bien trágicos pidiendo a los parlamentarios su apoyo para evitar la bancarrota y "el caos" en el país, argumento que repitió ayer antes de la votación crucial.
Tras un largo y tenso debate, en el que las coaliciones de izquierda defendieron que el pacto con la troika sumirá en la bancarrota a los ciudadanos, el parlamento ha optado esta medianoche -200 votos a favor y 74 en contra de 300 diputados- por aceptar las condiciones impuestas desde el exterior. Por un lado, se acepta el profundo plan de recortes, que contiene, entre otras medidas, una bajada del 22% del salario mínimo, una rebaja de las pensiones y el despido de 15.000 funcionarios este año.
Además de aceptar medidas de austeridad, el parlamento aprobó el plan conocido como la quita -la condonación de 100.000 millones de euros de la deuda en manos privadas-, así como el plan de recapitalización bancaria -necesario para contrarrestar las pérdidas que sufrirán los bancos con deuda griega-. El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, afirmó que el acuerdo permitirá reducir en 100.000 millones de euros la actual deuda del país (más de 360.000 millones de euros), reducirá los intereses que paga Grecia y permitirá alargar hasta 40 años los plazos de devolución de la deuda. El paso clave está dado pero aún falta que la Unión Europea desbloquee definitivamente el rescate, algo que hará previsiblemente esta semana en Consejo Europeo si Grecia se compromete firmemente a respetar los ajustes sin importar qué partido esté en el poder.
Y es que, pese al resultado de la votación de ayer, la Unión Europea, y en especial Alemania, no se fía de que Grecia pueda devolver el dinero prestado y busca asegurarse de todas las formas posibles de que el país heleno aplicará las reformas exigidas para poder frente así al pago de su deuda. "Grecia no puede ser un barril sin fondo. Los griegos tienen que cerrarlo y en ese caso podemos meter algo adentro", dijo ayer el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en declaraciones al dominical Welt am Sonntag.
disturbios sociales Mientras el parlamento decidía el futuro de Grecia y del conjunto de la Unión Europeoa, las calles de Grecia eran ayer un hervidero social. Las manifestaciones convocadas a lo largo del día en Atenas culminaron con una última concentración a la que acudieron, según los sindicatos, unas 200.000 personas. Diversos medios apuntaban que la presencia de gente y los disturbios eran incluso mayores que en las últimas jornadas de huelga general convocadas la semana pasada, en concreto el martes, el jueves y el viernes. Según explicó Efe, desde primera hora de la tarde miles de personas acudieron a la Plaza Syntagma, la Plaza de Omonia y diferentes puntos de la capital hasta bloquear prácticamente todo el centro de Atenas para manifestar su desacuerdo contra el pacto entre el Gobierno y la troika.
Las protestas acabaron en disputas entre los manifestantes y la policía. Mientras los primeros lanzaban piedras y otros objetos, los segundos respondían con bastones y gases lacrimógenos, informó Dpa. A última hora de la noche, los heridos por los disturbios superaban la centena, una buena parte de ellos policías. Durante los enfrentamientos también se produjeron numerosos incendios y una veintena de comercios, cafés y cines resultaron afectados por las llamas.
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