BARCELONA. El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, explicó ayer que la integración de la Caja de Ahorros de Mediterráneo (CAM) es una operación "durísima", pero la justificó porque complementa la implantación territorial de la entidad catalana. Oliu compareció ante la prensa para presentar los detalles de la operación, en la que precisó que a la problemática del proceso se añade el contexto de crisis.
Según indicó, la integración reduce el riesgo sistémico para el conjunto del sector bancario y auguró que la CAM volverá a tener beneficios el año que viene. "Vamos a hacer lo posible, mediante todo tipo de campañas, para recuperar a los clientes perdidos. Lo primero que tenemos que hacer es trasladar un ambiente de normalidad a la red comercial de la CAM, que ha estado demasiado tiempo bajo una enorme presión", precisó. La bolsa dio su bendición a la compra con una revalorización de los títulos de la CAM del 6,35%, después de haber llegado a ganar más de un 28% en las primeras horas de la mañana. Mientras que los títulos del Sabadell subieron un 4,27%.
Con la operación, Banco Sabadell escala en el ránking estatal de bancos, situándose como sexto en depósitos de clientes. Ahora se abre un plazo transitorio durante el cual la CAM seguirá estando administrada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, al que se unirá una comisión del Sabadell liderada por su director general adjunto, Miguel Montes, que cogerá las riendas de la CAM en una fecha todavía sin determinar. Sabadell estudiará si mantener la marca propia de la CAM o integrarla a la suya, aunque se decanta por una marca combinada para aprovechar el valor de arraigo local de la alicantina. Es la fórmula escogida en su alianza con el Banco Guipuzcoano.
Según las estimaciones iniciales, la CAM cerrará unas 300 de sus 939 oficinas, especialmente aquellas que no están en las ciudades que el banco catalán considera claves: Valencia, Murcia y Alicante.