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Altos cargos de Lanbide denuncian su mal funcionamiento

Acusan a Zabaleta de definir un modelo desenfocado que genera listas de espera de más de un mes

Altos cargos de Lanbide denuncian su mal funcionamientoFoto: zigor alkorta

Bilbao. Los directores de 12 de las 19 oficinas de Lanbide en Bizkaia han enviado una carta crítica a la consejera de Empleo, Gemma Zabaleta, en la que le piden respuesta ante el malfuncionamiento del Servicio Vasco de Empleo. Hace algo más de un mes Zabaleta se reunió con los responsables de las oficinas de cada herrialde para analizar la situación del organismo y mostró su disposición a atender las recomendaciones de los máximos responsables de las oficinas.

La reunión con los directores vizcaínos se produjo el 3 de noviembre y por ese canal de comunicación directa abierta, la mayoría de las oficinas, y desde luego las más importantes, han enviado un duro texto de cinco páginas denunciando la "desorganización" interna general. A su juicio, el modelo falla desde lo más básico: los aspectos técnicos como el informático hasta la propia gestión. En la iniciativa no se ha sondeado a las oficinas de Araba y Gipuzkoa, que, según fuentes consultadas, tienen a grandes rasgos los mismos reproches.

Tras la carta recientemente enviada por separado por parte ELA y LAB, las críticas de los directores de oficina pone en evidencia desde un ámbito más interno -con menor grado de politización y menos intereses propios en el trasfondo- las carencias de un servicio de empleo incapaz de dar respuesta a los casi 150.000 ciudadanos inscritos en las listas del paro.

Los firmantes de la carta son los directores de las oficinas de Barakaldo, Basauri-Urbi, Burceña, Bilbao-Mazarredo, Bilbao-Rekalde, Durango, Gernika, Getxo, Santur-tzi, Sestao, Ondarroa y Zalla. Juntas dan cobertura a la mayoría de las personas en paro de la CAV. Los responsables últimos de la búsqueda de empleo para los desempleados expresan su "malestar y preocupación" por la situación actual y por los "problemas" que puedan surgir a partir del 1 de enero, cuando las oficinas de Lanbide asuman la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos.

La misiva hace un repaso de los once meses que han transcurrido desde que se produjo la transferencia del antiguo Inem y la nota no puede ser más negativa. A lo largo de 23 puntos, los directores de oficina desnudan los problemas internos que, en definitiva, impiden el buen funcionamiento de Lanbide.

A su juicio, el modelo de oficina de empleo escogido por el Gobierno vasco está "desenfocado" y es "irreal". Se ha escogido un patrón único sin tener en cuenta el volumen de atención de cada oficina. Así, se ha apostado por un esquema de atención basado en la cita previa que penaliza a los usuarios de las zonas con mayor población, que tienen que esperar más de un mes hasta recibir la atención. El retraso en la solicitud y tramitación de la prestación por desempleo es la principal consecuencia, también el inicio de la búsqueda de empleo.

Los directores censuran en esta línea que el Departamento de Empleo "podía haber mejorado y adaptado" el modelo del antiguo Inem, pero ha apostado por "trastocar todo" sin tener en cuenta algo tan básico como el "elevado volumen" de parados que deben inscribirse en las listas de Lanbide antes de recibir la prestación y entrar en el engranaje de búsqueda de salidas laborales. Ha primado más el intento de dar al sistema una impronta propia que agilizarlo. "No se ha escuchado la opinión técnica que de desde nuestro conocimiento y responsabilidad hemos tratado de trasladar", denuncian.

Al mismo tiempo, denuncian que la nueva aplicación informática "ha alterado todos los protocolos y metodología de trabajo anterior" provocando una desorganización generalizada en el día a día. "La improvisación y descoordinación es evidente y en consecuencia se han visto reducidas exponencialmente la eficiencia y eficacia del trabajo", aseguran en un momento en el que la CAV registra el mayor nivel de paro de su historia.

Los responsables de las oficinas con mayor volumen de trabajo del servicio de empleo denuncian que no hay una conexión efectiva entre las diferentes áreas que conforman Lanbide -formación, atención, búsqueda de empleo…- y la dirección general. Lo que motiva que las oficinas reciban peticiones de información a través de varios canales.

Un ejemplo muy gráfico de la situación de descoordinación es el hecho de que a finales del mes pasado no se hubiera enviado todavía a las oficinas la convocatoria de ayudas de apoyo a la contratación de parados que ya han consumido las prestaciones, aunque las medidas fueron aprobadas a principios del pasado mes de marzo.

Del mismo modo, la nueva aplicación informática ha eliminado una opción denominada oferta de actividad sin la cual "es inviable la gestión y administración del itinerario de inserción laboral de forma ágil". En consecuencia "se demora y complican" el resto de gestiones de empleo.

Las "disfunciones provocadas por el mal funcionamiento" de las aplicaciones informáticas, también provocan que no haya una línea de teléfono directa para la resolución de problemas y que algunas oficinas hayan estado varios días sin acceso al sistema. Por no haber, no hay ni libro de quejas.

También cuestionan la externalización de algunos servicios, como la orientación laboral. Según denuncian los directores, se les ha dado a las entidades colaboradores facultades de una oficina de empleo sin recibir instrucciones ni fijar un criterio común que más tarde permita una gestión conjunta de la cada vez más grande bolsa de parados.

Mientras tanto, sigue sin firmarse el convenio con la Tesorería General de la Seguridad Social para tener acceso a los datos de la vida laboral de las personas sin empleo -como ocurría hasta el traspaso de la competencia a la CAV-, y los trabajadores transferidos del antiguo Inem se ven obligado a solicitar a su excompañeros de la Seguridad Social los expedientes "como un favor".

En la carta también se critica un hecho ya denunciado por DEIA: los auxiliares administrativos de Lanbide están formando a los nuevos auxiliares contratados en lugar de ser promocionados.

Son cuestiones que, en opinión de los directores de oficina, torpedean el día a día de un sistema público de empleo que continúa sin estar engrasado once meses después de su puesta en marcha. "El proceso de adaptación ya no puede ser la excusa de tantas disfunciones", concluyen.