Compás de espera para Tecnalia
Ocho de los centros tecnológicos más importantes de la CAV culminan su unión una década después
Bilbao
Hay una máxima en el universo económico global en el que orbitan hoy las empresas: La innovación marca la diferencia. La regla se ha vigorizado tras el paso del vendaval de las crisis. La tecnología es el aderezo que necesitan las compañías, entre ellas las vascas, para hacer frente a la competencia de precios de los países emergentes. Sólo será posible hacerles frentes con calidad y buen producto. La apuesta por la innovación es más obligada que nunca.
Las empresas de la CAV podrían haber contado desde el pasado viernes con una nueva herramienta para reforzar su procesos productivos y avanzar en la competitividad, si ayer se hubiera firmado el proyecto Tecnalia Research & Innovation (TRI). Sin embargo, la fusión de los ocho centros tecnológicos vascos quedó en suspenso debido a la falta de consenso en torno a la ubicación de la sede definitiva. La integración se materializará previsiblemente en las próximas semanas, siempre y cuando los patronatos de siete de los ocho centros tecnológicos (Inasmet, Robotiker, European Sotware Institute, Euve, Leia, Cidemco y Fatronik) aprueben fusionarse por absorción en Labein, compañía que, por otra parte, es la que mayor volumen de facturación y empleo reúne de entre todas las aspirantes a la integración. La compañía radicada en Zamudio aprobó recientemente su cambio de nombre por lo que pasa a llamarse Tecnalia Research & Innovation y, como hasta la fecha, mantiene su sede en el Parque Tecnológico de Zamudio.
Las diferencias sobre la sede definitiva han aplazado la firma del acuerdo. Las compañías radicadas en Gipuzkoa, con el apoyo de la Diputación guipuzcoana, abogaban por trasladar la sede de Zamudio a Donostia, a pesar de que el peso específico de las compañías vizcainas supone bastante más de la mitad del total en cuanto a cifra de negocio. El documento aprobado el viernes con el Gobierno vasco ejerciendo de árbitro mantiene que la sede permanecerá en Bizkaia hasta el 30 de junio de 2011, pero si no se alcanza un acuerdo, será rotatoria cada 18 meses.
Si prospera la fusión, el esquema de Corporación Tecnalia se simplificaría a nivel jurídico, con sólo tres columnas -TRI, Azti y Neiker- pero será más atractivo para las empresas debido a los vasos comunicantes entre los diferentes unidades de negocio.
La empresa resultante de la fusión ronda los 1.300 empleados, al servicio del desarrollo tecnológico del tejido económico vasco, y facturó el año pasado más de cien millones de euros. Tendrá músculo científico y financiero para acometer grandes proyectos a nivel internacional, pero también para solucionar problemas de pymes. TRI se presenta como una gran puerta que permitirá a todas las empresas, a su nivel, mejorar su competitividad.
La alianza de otro grupo de centros -Ikerlan, Ceit, Ideko, Tekniker, Lortek, Gaiker, Cidetec y Vicomtech- bajo la marca IK4 e Innobasque -como agente dinamizador de la innovación en todos los ámbitos de la sociedad- completan el esquema del apoyo tecnológico a las empresas vascas.
El consejero vasco de Industria, Bernabé Unda, fue el encargado ayer de representar a la administración en la firma del acuerdo, pero lo cierto es que el proyecto de fusión se remonta al anterior Gobierno y tiene punto de arranque en 2002 cuando Labein, Inasmet y Robotiker crearon la Corporación Tecnológica Tecnalia.
El resto de los centros se han sumado posteriormente y la integración definitiva sólo ha sido un paso lógico. Tanto que en el sector se estima que llegará un momento en el que Tecnalia e IK4 confluyan. De hecho, existen protocolos de colaboración que también incluyen a Innobasque. De momento, TRI conseguirá agrupar bajo una sola dirección ocho centros tecnológicos con raíces y sensibilidades muy diversas. El inicio de la actividad de la mayoría de ellos se remonta a hace más de dos décadas y sus promotores son administraciones -con el Gobierno vasco y las diputaciones como resortes principales-, empresas privadas y universidades.
NEGOCIO SECTORIAL Cada centro se diseñó para cubrir las necesidades detectadas por sus fundadores, bajo el prisma y la impronta que requerían los sectores a los que daban servicio. Todas esas formas de entender la innovación han evolucionado y ahora pretenden confluir para ofrecer una respuesta integral a un heterogéneo tejido productivo.
Con independencia de dónde se ubique finalmente la sede, cada centro tecnológico seguirá operando desde su actual ubicación bajo la batuta de un mismo presidente. Juntos conformarán el primer centro tecnológico del Estado y el quinto de Europa.
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