Azpeitia. Partiendo de orígenes humildes, la firma azpeitiarra ha llegado a convertirse en una de las sociedades más importantes del sector. El asesinato a manos de ETA hace algo más de un año de Inaxio Uria, socio junto a sus hermanos de la empresa, puso de triste actualidad esta firma, que en los últimos años ha sido referente entre las constructoras vascas tanto en obras pequeñas como de gran calado. En su trayectoria destaca su participación en la construcción de la autovía de Lei-tzaran, el Kursaal donostiarra, el paseo de la Zurriola, la remodelación de la cubierta del santuario de Aran-tzazu, los acabados y la urbanización del Museo Balenciaga, el tramo de la Y ferroviaria vasca que une Arrazua con Ubarrundia y Legutiano, y la variante Supersur de Bilbao. La firma hace frente ahora a la crisis, por lo que espera para 2009 unos resultados algo inferiores al año anterior, cuando facturó alrededor de 100 millones de euros. Fernando Lucas, gerente de la sociedad, y Miren y María Uria conversan con DEIA sobre la firma del barrio azpeitiarra de Loiola.

La Fundación Sabino Arana les premia por su implicación en la construcción de infraestructuras, "claves para la modernidad, prosperidad y futuro de nuestro pueblo". ¿Se sienten identificados en Altuna y Uria S.A. Construcciones con esta descripción?

Nos parece una radiografía correcta. Lo que la Fundación Sabino Arana está premiando, más que los éxitos, es la labor que ha tenido la empresa a lo largo de su historia.

¿Qué queda hoy en día de la empresa que se constituyó en el año 1966?

En el año 66 la empresa, que existía de antes, se constituyó en sociedad. Era una empresa pequeña, que trabajaba a nivel local y no es hasta los años 74 ó 75 cuando se dedica a grandes infraestructuras y a hacer obra civil. La empresa tal y como la conocemos viene de ahí y se desarrolla hasta donde estamos ahora. Es el momento en que los tres hermanos Uria, Imanol, Ignacio y Joxe Mari -hijos del fundador, Alejandro Uria-, se van haciendo cargo de la empresa y comienza el desarrollo importante de la misma, en la misma línea de potenciar la obra civil.

El elemento diferenciador que caracteriza a Altuna y Uria Construcciones es que cuenta con medios propios, tanto en plantilla como en maquinaria y otros elementos. ¿Por qué en los tiempos que corren y a diferencia de la competencia siguen con esta arriesgada estrategia, que en ocasiones dispara los costes?

Surgió así desde un principio y fuimos preparándonos, comprando maquinaria, por ejemplo. Pensamos que era buena idea montar el taller mecánico. Luego, empezamos a hacer inversiones en las plantas de asfaltado, de hormigón, la cantera, el taller de ferralla y una empresa de prefabricados. Hemos ido copando todas las ramas que puede tener una empresa de construcción. Al tener estas secciones intentamos sacar la máxima rentabilidad de todas ellas. Así, no dependemos de otros a la hora de ejecutar los trabajos. Las posibilidades de reacción en cuanto a cualquier tipo de suministros, de aglomerado, maquinaria u hormigón, es inmediata. No dependemos de terceros. Somos nosotros los que atajamos los temas sin necesidad de más, aunque en ocasiones alquilamos maquinaria y compramos hormigón dependiendo de las distancia de la obra.

¿Sería más barato subcontratar y alquilar?

Depende de la situación del mercado. En momentos de crisis como el actual es más rentable acudir al arrendamiento de maquinaria, porque los precios que ofrecen los fabricantes son más bajos debido a la ausencia de demanda. Sin embargo, en tiempos de bonanza es más rentable tener maquinaria propia.

Esta filosofía a la antigua usanza tiene una importante repercusión, especialmente en la abultada plantilla, que conforman alrededor de 350 trabajadores.

Los costes laborales son altos pero tienen la ventaja de que es gente fiel a la empresa. Suele haber muy pocas variaciones de personal. Tenemos un equipo técnico que lleva muchísimos años y está muy vinculado a la empresa. Es un valor añadido tanto para la firma como para las obras que ejecutamos. A ello hay que añadir la fuerte imbricación de los trabajadores con las poblaciones de la comarca; la mayoría de ellos son de Azpeitia y Azkoitia, hasta Zumaia.

Otra de sus características es la constante reinversión de los beneficios en la propia empresa.

Reinvertimos los beneficios en maquinaria y terrenos para afianzar la empresa y darle una proyección a futuro. En el aspecto de inversión en terrenos, las cosas van a muy largo plazo. Desde que se compra el terreno hasta que se puede calificar, urbanizarlo y construir se tarda bastante tiempo y hay que tener visión de futuro. En cuanto a las máquinas, hay que destacar que son muy costosas; algunas de ellas superan los dos millones de euros.

Altuna y Uria Construcciones está especializada en la construcción de túneles, lo que es un punto fuerte teniendo en cuenta la orografía del país.

Así es. Para este tipo de obras, tenemos máquinas rozadoras y perforadoras jumbos, que utilizamos según cómo sea la orografía. Una rozadora es una máquina que se utiliza cerca de núcleos urbanos ya que no precisa realizar voladuras con explosivo. De esta manera, el ciudadano no se entera de la obra y, por otro lado, se evitan accidentes en la propagación de la explosión. El jumbo se utiliza cuando se ha realizado la voladura y quedan fragmentos o zonas que hay que picar. Dependiendo de las características del terreno se empleará un sistema u otro. Salvo las multinacionales, no hay empresas de nuestro tamaño que ofrezcan este tipo de maquinaria.

¿Siguen con la otra de las áreas de actuación de la empresa, la construcción de viviendas?

Efectivamente, es una tradición que mantenemos viva. La empresa nació hace 80 años dedicándose a la construcción de viviendas, pabellones industriales y algunos colegios de la zona. En el área de negocio residencial radica parte de nuestro esfuerzo por la internacionalización. En Hendaia, por ejemplo, estamos con una promoción de 380 viviendas y un hotel de 60 habitaciones, que se levantarán encima de la cubierta de las líneas férreas.

¿Tienen pensado dirigirse a otros mercados fuera de nuestras fronteras?

Estamos interesados en mercados en el extranjero para obra civil, específicamente en Argelia.

¿En qué está afectando la crisis a las áreas de negocio de Altuna y Uria?

En todo, pero es en la edificación residencial en lo que más nos ha podido afectar. Hacemos bastantes promociones de vivienda y las ventas no son como antes. Hace unos años se vendía bajo plano y ahora, hasta que no se construye, no se vende nada. El mercado financiero está también más complicado. Antes se decía "tengo un terreno, quiero construir", y el banco te daba dinero. Ahora, para que te den un préstamo, el banco te requiere tener el 30 ó 40% de los contratos firmados. Sin embargo, en la obra pública hay trabajo, porque teníamos adjudicadas obras de antes y porque son proyectos a largo plazo, a veces de hasta 40 meses de ejecución. Pero hace falta que salgan más y tener adjudicaciones.

¿En esta coyuntura, qué importancia tiene la contratación de obra civil?

La crisis le está afectando a todo el mundo, a las empresas y las Administraciones. Si no recaudan del contribuyente, no tienen dinero y en ese caso no pueden invertir. En esta situación de crisis es fundamental que las Administraciones saquen obra civil. En nuestro caso este tipo de obras se van acabando. La Supersur se va a concluir en muy pocos meses y las obras del Tren de Alta Velocidad que teníamos en Araba ya están terminadas. Ahora estamos esperando a ver cómo se materializa el anuncio del Gobierno vasco sobre las licitaciones de más tramos de alta velocidad. Por su lado, las diputaciones no tienen grandes infraestructuras que vayan a licitar.

¿Cuándo esperan que se revitalice la obra pública?

Primero son las empresas privadas las que tienen que ir obteniendo beneficios para que las diputaciones tengan dinero a la hora de emprender nuevos proyectos. Lo que ocurre es que la repercusión de la revitalización de la empresa privada no llegará a las Administraciones hasta uno o dos años más tarde.

¿La situación afectará negativamente a la dimensión de su plantilla?

Depende de cómo se presente el mercado. Lo cierto es que se habla de que la crisis ha tocado fondo y veremos a ver si se traslada. Pero pensamos que la recuperación va a ser lenta.