La joven canadiense Summer McIntosh cumplió con los pronósticos y se coronó nueva campeona olímpica de los 400 estilos, tras imponerse en la final de los Juegos de París con una superioridad aplastante, mientras que el joven rumano David Popovici volvió a la cima de la natación mundial tras coronarse ayer nuevo campeón olímpico de los 200 libre.

Incluso mayor que la que mostró un día antes el francés Léon Marchand, que aventajó en 5.67 segundos a su más inmediato perseguidor en la final masculina de la prueba larga de estilos, una renta que se quedó pequeña ante los 5.69 segundos en los que la canadiense superó finalmente a la estadounidense Katie Grimes.

El tiempo de 4:27.71 minutos que firmó McIntosh, que cumplirá 18 años en agosto, fue inalcanzable para ninguna de las siete finalistas que a falta de 150 metros para el final se resignaron a pelear por la plata. Y es que la superioridad de Summer McIntosh, que además del récord mundial posee tres de las cuatro mejores marcas de todos los tiempos, es tal que pocos, o nadie, dudaba de su victoria. Un cartel de favorita que la canadiense, que ya se colgó la medalla de plata en los 400 libre, se encargó de confirmar.

Tal y como demostraron los 1.35 segundos en los que McIntosh aventajó a Grimes, la única que se atrevió a seguir la estela de la canadiense tras la primera posta de mariposa. Diferencia que creció hasta el segundo y medio –1.56– tras el paso por la espalda y se disparó hasta uno insalvables 4.96 segundos tras los cien metros de nado a braza. Una ventaja que aseguraba el triunfo antes de la posta de crol en la que McIntosh pese a intentarlo no pudo acercarse ni a su récord del mundo –4:24.38– ni al olímpico que posee la húngara Katinka Hosszu con un crono de 4:26.36 desde los Juegos de Río 2016. Pero los 4:27.71 minutos que firmó en la piscina de La Defense Arena fueron suficientes para subir al podio ante Grimes, plata, y Emma Weyant, bronce, que sólo pudieron rendirse.

Aclamado como el nuevo mesías de la natación tras batir en 2022 el legendario récord de los 100 libre del brasileño Cesar Cielo, Popovici fue relegado un año más tarde a un discreto segundo plano tras no subir al podio ni en los 100 ni en los 200 en los Mundiales de Fukuoka. Vertiginoso viaje de estrellato planetario a un segundo plano que hubiera desconcertado a cualquiera, pero no a David Popovici que a sus 19 años muestra una madurez comparable a su técnica.

El rumano tuvo que meterse de lleno en el fango ante la resistencia del alemán Lukas Märtens. Espoleado por la medalla de oro que conquistó el sábado en los 400 libre, salió como un tiro, pasando por debajo del récord del mundo los primeros 50 metros. Un ritmo que no decayó en el segundo largo que Märtens cerró con una ventaja de 60 centésimas sobre Popovici que peleaba codo con codo con el británico Matt Richards y el japonés Katsuhiro Matsumoto. Posición en la que el nadador rumano entró en los últimos cincuenta metros con una desventaja de 38 centésimas sobre Märtens. Todo lo contrario que Popovici que tras alcanzar la primera plaza resistió el ataque final de británico Richards y el estadounidense Luke Hobson para alzarse con la victoria y el oro con un tiempo de 1:44.72 segundos, dos centésimas menos que Richards, con la plata, y siete menos que Hobson.