Bilbao - Cuando Rubén Martín se sentó en el banquillo del Romo Indupime, hace ya tres temporadas, el invierno se colaba entre los recovecos del Polideportivo de Gobela, la casa del equipo granate. Cada partido era una derrota, los puntos se escapaban a otros feudos y el frío del último puesto de la clasificación se metió tanto en los huesos de la plantilla que los jugadores tardaron tres años en quitárselo de encima. Pero lo consiguieron. Entraron en calor. Ahora, a falta de tres jornadas para que concluya la temporada liguera, el conjunto getxotarra se encuentra en Primera Estatal matemáticamente salvado, en duodécima posición, con once victorias en su palmarés y una renta sobre el descenso que hacía mucho tiempo que no se conseguía por Gobela. Y Rubén Martín sigue en el banquillo. “La diferencia con otros años es que ahora se ha conseguido juntar varias temporadas a la misma plantilla y eso ha provocado que tanto los jóvenes que han subido de categorías inferiores como los jugadores que ya estaban hayan podido dar un salto de calidad”, argumenta el técnico del Romo.

Así, con 22 puntos en su haber, el club granate hace una “valoración buenísima” de la campaña: “Nos hemos salvado a falta de cuatro jornadas, nunca había pasado algo así”, explica Martín. Y es que nadie se esperaba el buen hacer del Romo, por ello su increíble año ha sorprendido incluso a sus protagonistas: “Pensábamos que lo íbamos a pasar muy mal, como en campañas anteriores, porque la pretemporada que hicimos fue nefasta, nos ganaba hasta el más cojo. No encontrábamos nuestro ritmo de juego y pensábamos que no íbamos a pasar de los diez puntos. Y ahora llevamos 22”, recuerda el técnico. De hecho, el primer encuentro de esta liga, ante su público y frente al Egia, el conjunto getxotarra cayó por 17 goles (20-37). Así que la plantilla volvió a sentir el frío del colista en su cuerpo. Sin embargo, en el siguiente duelo, el Romo consiguió su primera victoria de la campaña ante el Gure Auzune (25-29). Y a ella le siguieron diez más. “Fuimos a Gasteiz pensando en cuántos nos iban a caer, pero ganamos y entonces cambió todo. Nunca enlazamos más de dos derrotas seguidas así que nos cambió la mentalidad y nos dimos cuenta de que, trabajando bien, podíamos estar donde ahora estamos”, explica Martín.

Ahora, con la certeza de jugar un año más en Primera Estatal, el Romo ya piensa en el futuro. Por eso, consciente de la dificultad que supone jugar los tres encuentros que le restan a la temporada -el próximo es el domingo, en Gobela (12.00 horas) ante el Dominicos Zaragoza- sin un objetivo claro, el técnico granate ha optado por las rotaciones: “Hemos empezado a subir gente joven del segundo equipo para que acumulen minutos y demuestren, sin la presión que supone luchar por la salvación, que pueden jugar con nosotros”. Porque el propósito del club es, según anuncia el propio entrenador, “ir mejorando poco a poco y convertirse en un equipo que esté cómodo en Primera Estatal”. Y, para ello, debe asentar cuanto antes su plantilla porque, tal y como dice Martín, “no hay 70 jugadores en Bizkaia que puedan jugar en Primera”. “El balonmano vizcaino está mal, con el Askartza descendido y el Barakaldo y el Romo abajo, porque no hay tanta gente de nivel para tanto equipo. Somos muchos equipos. Para que pudiéramos estar arriba, habría que juntar los equipos: Romo y Askartza; y Barakaldo y Trapagaran. Creo que entonces ellos estarían luchando por la liga y nosotros por el quinto o el sexto puesto. Pero es solo una idea muy complicada de conseguir porque cada club mira su propio ombligo”, concluye.

El Trapagaran, segundo Lejos de la pugna por la permanencia, en el otro lado de la clasificación, se encuentra el Trapagaran, referente del balonmano vizcaino. El conjunto de El Valle ocupa la segunda plaza de la tabla, la última que otorga billete para el play-off de ascenso a División de Honor Plata, a tres puntos del tercer clasificado, el Uharte, y todavía con seis por jugar. Los mineros ya consiguieron clasificarse para la promoción la temporada pasada. Sin embargo, no lograron la machada; por lo que quieren una segunda oportunidad. Y están muy cerca. De hecho, una victoria mañana (18.45 horas, Trapagaran) ante el Ereintza, unida a la derrota de un Uharte que visita al Barakaldo, dejaría el camino libre a los de Joseba Rodríguez para intentar su segundo asalto a la categoría de plata del balonmano estatal.