bilbao. Las marcas del esfuerzo titánico, las señales del éxito están reflejadas sin piedad en Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza como su gesta en la Antártida ha quedado plasmada en la historia, la que cuenta que solo ocho personas antes que ellos recorrieron el continente helado en total autonomía. Han pasado las horas y los expedicionarios vascos siguen en el hielo, siguen durmiendo en la tienda de campaña que les ha acompañado durante 55 días de aventura extrema. Están en el campamento del Glaciar Unión, en las montañas Ellsworth, la única instalación privada existente en el continente antártico, a la espera de un vuelo que les lleve a Punta Arenas (Chile), desde donde podrán enlazar con un avión de vuelta a Euskadi. Pero el verano austral y la coincidencia con el centenario de la llegada de Amundsen al punto más meridional de la Tierra ha provocado cierto overbooking en la estación polar: el próximo vuelo al continente saldrá mañana y está ya completo.
Allí, en el campamento del Glaciar Unión, donde la empresa Adventure Network International (ANI) proporciona soporte logístico y transporte a buena parte de las expediciones que se aventuran en el continente helado, los miembros de la expedición Naturgas/BBK Transantartika saborean, agotados y con unas ganas terribles de llegar a casa, el placer de un ambicioso proyecto culminado. Desde aquí, la gesta del tridente se vive con una sonrisa plena. "Como amigo y como patrocinador siento una gran alegría", explica Juanjo San Sebastián, como parte de BBK. "Han sido 55 días de esfuerzo enorme en un paisaje monótono. Me pongo en su piel y es terrible. Porque un paisaje vertical, aunque no lo parezca, cambia a cada metro, pero en la Antártida es todo igual. El frío además era continuo, la monotonía... era todo muy cansado", describe el exalpinista bilbaino.
Y es que el desafío de Iñurrategi, Vallejo y Zabalza, mayúsculo y exigente al extremo de partida, se agrandó nada más empezar a recorrer la llanura helada con el trineo arrastrado por cometas. Sin duda el tramo más complicado de la travesía fue el de las 44 jornadas que invirtió el equipo en recorrer los 2.230 kilómetros que separan la base rusa de Novolazarevskaya, a orillas del Océano Atlántico, de la norteamericana de Amundsen-Scott, que marca el Polo Sur geográfico. Precisamente, una vez que la expedición logró llegar al mítico punto, las cosas fueron muchísimo mejor. "Prescindieron de escalar en las montañas en la tierra de la Reina Maud para llegar a tiempo al Polo Sur y al final han terminado la aventura quince días antes de lo previsto", afirma Juanjo San Sebastián. "Tendrán una explosión de alegría que por el cansancio no podrán sentir hasta dentro de unos días", agrega. "Desde BBK apostar por este grupo de alpinistas que dice: No me quiero repetir, quiero hacer cosas nuevas, tiene un valor enorme", destaca el exmontañero.
Los responsables de la empresa norteamericana ANI dieron ayer la bienvenida a los triunfadores de la Antártida y brindaron por la gloria. Y, a la espera del avión que les transporte a Punta Arenas, los tres alpinistas vascos están disfrutando de la compañía y la charla con alpinistas y aventureros de todo el mundo, que estos días comparten sus experiencias en este remoto campamento antártico.