El catedrático de Literatura en euskera en la Universidad del País Vasco y crítico literario Jon Kortazar presentó su nuevo libro Esteban Urkiaga, Lauaxeta. Poesia, artea, ideologia. Lo hizo en la Sala Rekalde acompañado de Nestor Atxikallende, de la Diputación de Bizkaia, y Carmen Elvira, de la editorial Pamiela.
Kortazar ha querido rendir homenaje al poeta vizcaino que durante la Guerra Civil formó parte de la Administración vasca y que fue capturado y asesinado por tropas franquistas. El catedrático ha querido poner en valor la huella que Lauaxeta dejó para siempre en la cultura vasca. El libro consta de dos secciones. En el primer capítulo, Kortazar trata los temas principales del título: la relación de la poesía de Lauaxeta con el arte y la ideología. El resultado del poeta vasco se compara con la zarzuela de Jesús Guridi y el pensamiento de Ortega y Gasset, y Unamuno.
En el segundo capítulo, se analiza la acogida que la sociedad ha hecho de la vida y obra de Lauaxeta siguiendo la teoría de los “santos culturales”. Así, se analiza la imagen de su vida, el homenaje del Ayuntamiento de Mungia en 2005 y la aparición de sus libros en las calles, con el objetivo de dibujar la sombra que el poeta tiene hoy en día en la sociedad.
El libro está ilustrado con imágenes inéditas de Lauaxeta y fotografías de época.
Homenaje
El 29 de abril de 1937, Estepan Urkiaga, Lauaxeta, se dirigió a Gernika para mostrar al periodista Georges Berniard del diario francés La Petite Gironde la destrucción producida por el bombardeo de la Legión Cóndor en la villa foral. Fue apresado cerca del Árbol de Gernika, sometido a consejo de guerra y fusilado en el cementerio de Santa Isabel de Gasteiz el 25 de junio. Su vida se vio truncada con tan solo 32 años.
Lauaxeta dio voz y sentido a un tiempo y a un espacio marcados por una profunda crisis social y económica, y unas condiciones de inestabilidad desconocidas hasta ese momento. Estudió la modernidad europea y recreó las condiciones de una literatura que se abrió a Europa y a la modernidad. En su obra descubrimos a un Lauaxeta ocupado y preocupado por la vitalidad de la cultura vasca.
Comprometido con el euskera, Lauaxeta no se limitó solo a la actividad cultural y periodística. Incansable militante del PNV, al estallar la Guerra Civil y ser aprobado el Estatuto de Autonomía del País Vasco, colaboró con el Gobierno vasco, ocupándose de labores de propaganda al frente de diversas publicaciones y fue comandante de intendencia.
Las aportaciones de Lauaxeta a la cultura vasca son fundamentales. Pero su biografía nos permite ir más allá, llegar al poeta, al hombre obsesionado con innovar la cultura vasca, preocupado por dar visibilidad a las mujeres...
Recientemente, la Diputación de Bizkaia le ha rendido también un emotivo homenaje al cumplirse 120 años de su nacimiento frente a su casa natal Laukiz, actual sede del Ayuntamiento.
En el marco del acto se presentó también la exposición itinerante Lauaxeta, arquitecto de sueños, comisariada por el catedrático y crítico literario Jon Kortazar, que recorrerá hasta final de año diversos municipios fundamentales en la vida del autor: Laukiz, Mungia, Durango, Bilbao y Gernika.