Lina, más allá del fado
La cantante portuguesa, renovadora del patrimonio musical, sentimental y poético de su país, actúa este viernes, 4 de abril, en Barakaldo Antzokia para presentar su último disco: ‘Fado Camões’
Tiene una voz inconfundible y radicalmente expresiva, gestada en la doctrina del estudio de la ópera, y una devoción por el fado tradicional y por su mayor activista, Amália Rodrigues, que no impiden a Lina acercar ese patrimonio musical y sentimental luso al presente, para dotarle de contemporaneidad en los escenarios de varios continentes. La cantante portuguesa visita Bizkaia para presentar en directo su cuarto disco, Fado Camões (Galileo Music), otro paso más en su lucha por la actualización de un fado repleto de lirismo y sustentado, en este caso, en los textos del histórico poeta luso Luís de Camôes. Su concierto lo albergará Barakaldo Antzokia este viernes, 4 de abril.
A las 20.00 horas y con entradas a 20 y 23 euros, en anfiteatro y patio, respectivamente. Ahí están los datos a retener para que el público vizcaino descubra en directo la última producción de Carolina Rodrigues, cantante portuguesa conocida actualmente como Lina. Con los ojos cerrados, como acostumbra, repasará su cuarto trabajo discográfico: Fado Camões. Y lo hará en formato de trío, con su voz y teclado acompañada por la guitarra portuguesa de Pedro Viana y el piano acústico, sintetizador y violín de Ianina Khemelik.
De los tradicionales clubes de fado a los grandes teatros del mundo, Lina continúa reinventando la tradición, demostrando que el fado puede ser tan moderno como eterno. Todo empezó en Trás –os–Montes, donde nació, en el período de una infancia marcada por la experiencia de sus padres, que trabajaban en el campo. “Mi padre era pastor y me enseñó los fados de Amália y las canciones populares de la época”, explica la portuguesa, que se trasladó a estudiar a Oporto con 10 años. “Llevé conmigo la pasión por la música”, apostilla.
Ya en Oporto se convirtió en solista del coro del Círculo Portugués de Ópera, donde participó en varios espectáculos operísticos y estudió con la profesora Palmira Troufa. Su docente le conminaba a “no cerrar los ojos al cantar música lírica, que era algo propio del fado”, rememora Lina. Y se puso a ello. “La primera vez que me atreví a cantar en público los tres fados que conocía, al terminar, me pidieron que los repitiera. Quizá ese fue el momento que me trajo hasta donde estoy ahora”, aclara.
Trayectoria
Del clube del fado al mundo Lina explica que el Clube del Fado de Lisboa, donde todavía canta con cierta regularidad, fue “el pilar de mi trayectoria”. Con esa enseñanza como mochila dio los primeros pasos de una trayectoria que se concretó en dos discos bajo el nombre de Carolina. Su carrera no despuntó, ya bajo el nombre artístico de Lina, hasta que grabó un disco compartido con el productor catalán Raül Refree, que le abrió el camino a la gloria y le concedió la llave de los teatros internacionales más prestigiosos.
En este álbum homónimo compartido con un músico y productor que ha dejado su impronta con la Rosalía más flamenca, Albert Pla, C. Tangana, Niño de Elche, Guitarricadelafuente o Rodrigo Cuevas, por citar algunos, se atrevió a vestir grandes clásicos de su adorada Amália con “texturas y sonidos de la música electrónica”, indica. Disco rupturista, minimalista y audaz, redefinió el estilo del fado en el siglo XXI mediante una docena de canciones donde no aparecen guitarras, sustituidas por sintetizadores y pianos melancólicos que crean unos pasajes sonoros experimentales para clásicos como Medo, Quando eu era pequenina o el mayor éxito de aquel álbum, Gaviota.
El reto de Camôes
Tras el éxito artístico y crítico logrado, Lina publicó el año pasado su cuarto trabajo, segundo tras su renacimiento artístico y el que presentará esta semana en Bizkaia. “Es mi nuevo reto, una idea que surgió hace tiempo y que parecía inconcebible al principio”, explica la cantante, que alude a “mi tenacidad y el apoyo y la ayuda cruciales de la también cantante Amélia Muge” como espoleta de Fado Camões, cuyo título define a la perfección su propósito: “combinar las letras del poeta con la música tradicional del fado”.
Y mientras llegan “otros proyectos, nuevas dificultades y nuevos logros”, Lina envuelve los textos del poeta histórico más famoso de Portugal, Luís Vaz de Camões, que vivió en el siglo XVI, con pasajes sonoros contemporáneos. Entre el fado ya conocido de la lusa y otra Lina nueva que ha contado esta vez con el apoyo del productor y guitarrista británico Justin Adams –Robert Plant, Tinariwen, Sinnead O´Connor, Rachid Taha...–, ya que la agenda cargada de Refree le impidió colaborar en el proyecto.
Sobre los versos inmortales del poeta, henchidos de amor, desamor y el resto de emociones que el ser humano descubre en la vida, y con un tempo que, según explica, se adapta sin rechazo alguno a la estructura del fado, ofrece una amplitud sonora mágica en la que su voz sigue destacando en medio de pianos, silencios y, ahora sí, de nuevo, las guitarras, principalmente portuguesas aunque también eléctricas.
Lina, que tiene reciente un Ep de cuatro canciones compartido con el pianista Marcos Mezquida, hinca la rodilla ante la pureza del fado tradicional –ese que tan bien conoce y al que rinde pleitesía, tanto o más que a la libertad que proporciona la experimentación–, aunque lo masajea con instrumentos contemporáneos. Y en ese terreno se concretan canciones como De Desamor y O que temo e o que desejo, en la que colabora el asturiano Rodrigo Cuevas sobre una base casi sintética, pasando por Se de saudade morrereir ou nâo, la preciosa In labirinto, con una trama opresiva similar a Portishead, o los ecos percusivos africanos de Desencontro. Más allá del fado.