Juantxo Zeberio: “Cantaremos en plena naturaleza para denunciar el genocidio palestino”
Maddi Oihenart y Juantxo y Miren Zeberio participan en Loraldia este sábado con un concierto en el monte vizcaino Arraitz
Palestinaren Mina es el título de la jornada que ha organizado Loraldia Festibala para este sábado 22 de marzo en el monte vizcaino Arraitz, en los alrededores de Bilbao. Tras una subida, que se puede realizar a pie o en coche, tendrá lugar un concierto en el que participarán la cantante de Iparralde Maddi Oihenart y los músicos Juantxo y Miren Zeberio. “Vamos a tocar y cantar para denunciar el genocidio palestino”, explica a DEIA Juantxo, que adelanta que la cita “va a ser una gozada” debido a su escenario natural.
Aunar naturaleza y arte a través de los montes de los alrededores de Bilbao es el objetivo de Loraldia Festibala este sabado con una doble iniciativa: Goroldiorik ez (II), un recorrido a pie guiado para dar la oportunidad de recuperar la memoria de las mujeres olvidadas de Bilbao en un recorrido dramatizado, y el concierto Palestinaren Mina, una experiencia única para escuchar música en la naturaleza con el protagonismo del teclista Juantxo Zeberio, su hermana, la violinista Miren Zeberio, y la cantante Maddi Oihenart.
La ruta, que arrancará a las 10.00 horas desde San Mamés, tiene una duración de dos horas y media, cuesta 10 euros y la impulsa Piszifaktoria Ideien Laborategia. “El objetivo de este recorrido es subir al monte Arraitz y disfrutar allí del concierto
Palestininaren Mina. A lo largo del camino, el viaje dramatizado creado por Irati Agirreazkuenaga y Mikel Ayllon revivirá la memoria de las mujeres olvidadas de los alrededores de Bilbao y hará oír las voces de las jóvenes”, explican desde Loraldia.
Después, a las 12.30 horas, se iniciará el concierto, cerca del aparcamiento del barrio de Arraitz, donde piano, violín y voz se unirán para denunciar el genocidio palestino del gobierno de Israel. Ademas de a pie, se puede subir en coche para disfrutar del concierto desde el barrio Betolaza de Rekalde. “Será una experiencia única y con una espectacular escenografía natural”, adelantan.
El dolor de un pueblo
El concierto girará en torno a la canción Palestinaren Mina, que Juantxo y Maddi han compuesto. “Por desgracia, su historia es relativamente sencilla. Llevamos tiempo preparando un disco nuevo que grabaremos en julio, si todo va bien, y en ese proceso, en octubre de 2024, surgió el ataque de Hamás y después la respuesta de Israel. Y lo que parecía impensable sigue ahora, tanto tiempo después, con la ruptura esta semana de una supuesta tregua que acaba de dejar ya más de 400 muertos, entre ellos 130 niños”, lamenta Zeberio.
La canción nació de “la impotencia” de la situación actual entre ambos pueblos. “Surgió de manera inmediata, pin pan, y la grabamos en directo desde la mesa de sonido, en un concierto en Bergara. La hemos ido usando para denunciar todo este genocidio y esta masacre”, prosigue el músico gipuzcoano, que la ha utilizado para dar nombre al concierto, ya que “está más vigente que nunca debido a la historia del resort de Trump y los últimos desplazamientos”.
“Habrá un poco de todo”, asegura Zeberio al ser cuestionado por el repertorio del concierto, que durará en torno a una hora “al ser al aire libre”. No faltarán “otras referencias más a Palestina”, así como varias canciones inéditas del próximo disco de Maddi Oihenart, que se publicará en julio. “Tocaremos cuatro inéditos y otras canciones previas, caso de Ikusiko dira berriz o Ama Euskadi, que hemos compartido ya en dos discos, tres si sumamos el grabado junto a Josetxo Goia–Aribe, además de varios temas a capella, ya que Maddi siempre tira al monte”, adelanta Zeberio.
“Va a ser un lujo debido a las connotaciones del espacio del concierto, en plena naturaleza, como ya hicimos en una cantera en Zestoa, en este caso naturaleza muerta. Uno de los temas del futuro disco es ese: esa espada de Damocles climática que pende sobre nosotros”, responde Zeberio, que destaca el valor de Loraldia. “Surgió como algo pequeñito para dar voz a la cultura vascófona, no diría que vasca sino euskaldun, en un Bilbao que lo necesitaba, y la anécdota se ha convertido en un lujo y un privilegio al alternar propuestas mainstream con otras pequeñas y arriesgadas. Es una bolsa de oxígeno para los creadores”, concluye.