El grupo de Rioja Alavesa, ETS, un fenómeno de masas de la música en euskera, ha alcanzado su pico de popularidad después de casi 20 años de andadura. Las tres fechas previstas para sus multitudinarios conciertos en el Bizkaia Arena del BEC en marzo (los días 15, 21 y 22) de 2025 se agotaron en un visto y no visto. Y está más que confirmado: no habrá una cuarta cita. 

ETS en concierto. Ibai Salazar

¿En Tol Sarmiento está en el mejor momento de su trayectoria? 

Sí, estamos viviendo el momento más dulce de nuestra carrera, el momento con más intensidad a todos los niveles. Nunca nos llegamos a imaginar que podríamos impactar tanto en las personas ni que tanta gente se pudiera movilizar en torno a nuestra música, lo que nos llena completamente. Seguimos con motivación para mejorar el proyecto, para ofrecer caras nuevas del prisma y para descubrir nuevas facetas del grupo. 

¿Habrá una cuarta fecha en caso de que la demanda se dispare? ¿Cuál es esa “última oportunidad” a la que aluden en su página web? 

No habrá una cuarta fecha para el BEC. Seremos fieles al mensaje que acompañó el anuncio de la tercera fecha donde ya explicamos que sería la última. Por seguridad, en eventos grandes se bloquean algunas entradas antes de la implementación de escenario; es decir, no se pone a la venta todo el aforo legal si todavía está sin diseñar el escenario. Es algo común en este tipo de eventos. Y en nuestro caso, por el tipo de plataforma que estamos desarrollando, seguramente se liberen a final de año unas pocas entradas. En nuestra web ofrecemos la posibilidad de dejar un e-mail, para poder avisar a las personas interesadas y que tengan más posibilidades cuando salgan a la venta.

Iñigo Etxezarreta, cantante de ETS, en un concierto. Mario Lezaun

¿ETS no se podría entender sin la Rioja Alavesa? 

Efectivamente. Somos un grupo nacido y madurado en Rioja Alavesa y no es posible entenderlo sin su vinculación con la comarca. El propio nombre, En Tol Sarmiento, lleva implícita una palabra utilizada en la zona, lo que nos une todavía más a nuestra tierra. Es una suerte poder identificar tus raíces con claridad, sentir con orgullo quién eres y poder transmitirlo abiertamente. Ser de una zona tan singular nos diferencia del resto.

Ha afirmado que “el público vive los conciertos de ETS como si fuera el último concierto de su vida”. ¿Cómo se maneja para no verse desbordado por las expectativas? 

Las expectativas las genera uno mismo, y hay que reconocer que la exigencia que nos hemos marcado los últimos años ha sido elevada. Para lo bueno y para lo malo. Sin embargo, la experiencia proporciona un grado de confianza en lo que haces, sobre todo si va bien, y eso es lo que nos tranquiliza a la hora de preparar una gira o un disco.

En Tol Sarmiento, en concierto. Pello Zama

¿La música en euskera vive una especie de edad de oro? Zetak, Izaro, Gorka Urbizu, Gatibu, Zea Mays y Bulego, entre otros, están arrasando en sus conciertos de verano. 

La euskera lleva años en primera línea de escuchas en Euskal Herria y es eso mismo lo que nos ha moldeado como artistas. Sin la inspiración de nuestros grupos referentes no habríamos podido comenzar con los proyectos. No obstante, es verdad que en los últimos años se están ofreciendo mejores condiciones en plazas, lo que permite que podamos profesionalizar el proyecto, llegar a vivir de la música y poder aportar valor. Y lo más importante: la gente también está apostando por la música en directo con programación propia (salas, teatros…), lo que permite tener un público de más calidad.

Salió redondo el trueque de canciones entre ETS y los catalanes Buhos: las versiones de T’he trobat a faltar y Sumendiak acumulan millones de reproducciones en Spotify. ¿Cómo se gestó el encuentro? 

Conocimos a Buhos en 2018 en la sala Razzmatazz de Barcelona y años más tarde llegó la propuesta de su mano. Después de llevarla a tierra, de asentarla, vimos que podía ser una bonita forma de tender puentes culturales entre territorios, de ayudarnos mutuamente y de ofrecer a la gente canciones que probablemente iban a gustar. ETS nunca había sacado una versión ni tenía necesidad de hacerlo. Sin embargo, vimos que los universos sonoros de ambas bandas confluían cómodamente y nos animamos a vivir la experiencia. Hemos aprendido mucho y nos ha acercado a nueva gente.

¿La clave del éxito de ETS ha sido crear música alegre desde la plaza de los pueblos y transmitir buen rollo a su audiencia? 

ETS ha tenido diferentes fases en su historia y la inicial estaba complemente identificada con fiestas de pueblos, música festiva, baile… Con los años, el proyecto se ha ido asentando, y sin dejar de lado nuestra esencia, hemos tratado de descubrir un lado más íntimo, más sensible y producir música más seria. Creo que esto último es clave para entender el valor que tiene ahora la banda.

El último single del grupo, Zure eskutik, es un tema de pop bailable tipo Coldplay, mientras que Guretzat, del álbum homónimo de 2022, tiene un aire al Despacito de Luis Fonsi. Queda claro que no tienen prejuicios musicales. 

En 2018 anunciamos un cambio de rumbo en nuestra música para poder seguir motivados con el proyecto. El estilo musical rock-ska que abanderó nuestros inicios empezó a pesar y a no permitirnos desarrollarnos como artistas. Queríamos probar cosas nuevas. Como resultado de ello, han visto la luz dos discos y varios singles con una mirada completamente diferente. Creo que ETS ha sido parte del cambio que se está gestando en la música actual en euskera. Los últimos años están siendo más experimentales, despojándonos de prejuicios anteriores pero sin dejar de lado las melodías pop que siempre nos han definido.

¿Alguna vez han dudado en el uso de las siglas ETS? 

Las siglas ETS se crearon para que la gente recordara con más facilidad el nombre, ya que vimos que había personas que no conocían la palabra sarmiento. Por otro lado, es verdad que durante algunos años el nombre nos ha generado dudas, ya que nos parecía demasiado rudo o basto. No reflejaba nuestro estilo. Cuando actualmente sale a debate este tema, dura poco porque es indiscutible que pesa mucho como marca del grupo.

Evoluciona, luego existo 

Cuando Iñigo, Floren y Campi formaron el grupo en 2005 les tiraba el punk rock. Se curtieron versionando a sus grupos favoritos: La Polla Records, Kortatu, Piperrak, Reincidentes... Los instrumentos de viento (la trompeta de Bujo, el trombón de Javier Lucas) terminaron por configurar un sonido festivo y alegre en el que se combinaban el ska y el rock. Era la primera etapa musical de ETS. Tardaron un tiempo en publicar álbumes: su LP de debut con el sello Baga-Biga, Hacia la luna, no salió hasta 2012. Desde entonces han publicado cinco discos más con un éxito apabullante en Euskal Herria. Su fórmula inicial invitaba a la jarana y el desparrame al por mayor. Pero con el tiempo han ido agregando nuevos matices a su música. Lo han logrado. Zurekin batera, su gran himno, supera los 7 millones de reproducciones en Spotify. Últimamente se atreven con todo.