Uno de los indicadores de la magnitud que abarca la pasión de Begoña Bidaurrazaga y Alberto Ipiña por el arte podría ser el número de obras que atesoran: más de 800 cuadros que recorren la creación vasca de la segunda mitad del siglo XX y XXI.

Este matrimonio cuenta con una colección, que se ha forjado a lo largo de más de 40 años, en la que aparecen nombres de artistas consagrados como Jorge Oteiza, Eduardo Chillida y Néstor Basterretxea además de jóvenes promesas como Mikel Eskauriaza, Ibon Aranberri, Asier Medizabal

En octubre se pusieron en contacto con las Juntas Generales de Bizkaia con motivo de realizar una donación de 15 obras de arte que pasarán a integrarse dentro de la colección de este órgano. Desde hoy hasta el 5 de enero, estos cuadros pueden visitarse en una exposición abierta en la sede parlamentaria bilbaina, situada en la calle Hurtado de Amezaga, 6. 

13 Artistas

Elena Ciordia, Mariano Corral Libano, Dionisio Sánchez Enríquez, Marcelino Bañales Tajada, Richard Pérez Franco, José Luis Abajo "Porrilló", Juan José Altuna Akizu, Ángel Badillo Pardo, Iñaki Cruzeta Olalde, Juan Luis Baroja Collet, Carmen del Berro, Ismael Fidalgo Blanco y José Luis Pérez Díez.

“Quería que estos artistas, que tienen un nombre, estuvieran en más instituciones de las que están. Todos han sido o son nuestros amigos. Pedimos asesoramiento y nos recomendaron las Juntas Generales. Nos pareció muy buena idea porque porque posee una excelente colección y debían figurar también en este catálogo”, contaba hoy Alberto Ipiña. 

Por su parte, la presidenta de las Juntas Generales, Ana Otadui, ha agradecido este "generoso gesto" por el que estas obras pasan a formar parte del patrimonio vizcaino.

Un matrimonio dona 15 obras a las Juntas Generales de Bizkaia Juntas Generales de Bizkaia

No es la primera vez que este matrimonio cede o dona. Ambos señalan, eso sí, que los receptores son siempre instituciones. En 2010, formalizaron la cesión de 54 piezas en depósito en el Artium Museoa, centro-museo de arte contemporáneo vasco. Cuatro años más tarde, depositaron 15 obras en el Museo de Bellas Artes y, otras 6 fueron donadas al mismo museo.

Acostumbran a colaborar con otras instituciones tanto en Euskal Herria (Ducontenia y La Rotonde de Donibane-Garazi; Kubo Kutxa del Kursaal) como en el Estado para la celebración de exposiciones como, por ejemplo, el Centro de Arte Tomás y Valiente (Madrid), Fundación Tapies (Barcelona), Domus Artium (Salamanca)...

Cuando empezamos en esto teníamos 25 años. Íbamos a muchas exposiciones y museos. Un día nos metimos en una galería donde estaba la obra de Marcelino Bañales que nos gustó mucho. Cuando lo vio nos dijo: ‘¿Por qué no me compráis un cuadro?’. Nosotros nos escandalizamos porque no éramos ni galeristas ni un museo, pero nos presentamos y nos fuimos a echar un café y, al final, compramos uno. Así empezamos en este mundo”, recordaba Begoña Bidaurrazaga. 

“Para nada éramos unos millonarios. En esos momentos éramos unos recién casados y nos habíamos comprado un cuadro pero no teníamos ni amueblada la casa”, añadía.