personajes que se construyen a sí mismos lejos de los dictados patriarcales, pero también apartados de la noción de víctima. Estos son los principales criterios empleados por la experta en estudios de género, profesora y programadora navarra María Castejón Leorza para trazar una genealogía en la que se dan cita las mujeres fatales, las aventureras, pasando por las madres, las locas, las violentas… Todas peligrosas, “algunas por obligación; otras, por vocación rebelde, y varias, sin querer serlo”, y todas con algo en común: “Ninguna actúa como se espera de ellas y hacen que el público se enfrente a situaciones que nunca resultan cómodas”, escribe Castejón en la introducción de Rebeldes y peligrosas de cine. Vaqueras, guerreras, vengadoras, femme fatales y madres. El motor de este ensayo editado por Lengua de Trapo es el ánimo divulgativo, “no académico”, de ahí el “registro de crítica cinematográfica” y la intención de entretener. “Creo que me ha quedado un libro muy divertido y macarra”, dice la autora.

Castejón está encantada y agradecida con el prólogo que firma Jon Sistiaga. “Me gusta que en mis libros escriban personas a las que admiro. Con Jon estuve mandándome mensajes durante la cuarentena. Él tenía mucho interés en que viera sus documentales sobre ETA y un día le propuse que escribiera el prólogo. Me gusta mucho, ha quedado divertido y cariñoso”, señala. En su texto, el guipuzcoano recuerda que la amplia producción intelectual de la estellesa en el campo del feminismo -Fotogramas de género, por ejemplo- le permite “abarcar lecturas audaces y complejas de películas y protagonistas que al resto se nos escapan o no se nos hubieran ocurrido en la vida”. “Después de leer a María me he vuelto a ver Johnny Guitar, para mí una mítica película de vaqueros y, ahora, toda una emboscada a tiro limpio contra el ideal de amor romántico”, agrega Sistiaga, para quien este libro de “lecturas nuevas y desconcertantes provoca una sonrisa de complicidad al redescubrirnos escondidas claves que nos hacen reflexionar y debatir contra nuestra propia educación”. “Necesitamos nuevos referentes o redescubrir a aquellas adelantadas que consiguieron hacerse un hueco pese a que sus papeles estaban escritos y eran dirigidos por hombres”, insiste el periodista sobre este volumen por el que “desfilan las buenas y las malas, la superheroínas y las violentas, las madres sobrepasadas y las nuevas referentes del #MeToo”.

“es nuestra genealogía”

El mismo confinamiento que le sirvió para fichar prologuista, le permitió también a María Castejón terminar un trabajo por el que “había sacrificado los veranos de 2018 y 2019”, pero que había abandonado para centrarse en las oposiciones de Secundaria convocadas para junio de 2020. “Como no pudieron celebrarse, el libro volvió y pude terminarlo sin presión y divirtiéndome, y creo que eso se nota en el resultado”, con el que está muy satisfecha y con el que en ningún caso pretende adoctrinar, sino más bien “ensanchar imaginarios, hacer otras lecturas y ampliar miradas”. Y es que no ha querido detenerse en los personajes femeninos típicos que entran en crisis a los 40 y se empoderan, o en los que sufren agresiones y denuncian, sino en esas otras películas habitadas por mujeres. Eso sí, aclara: “Hay mucha denuncia en el libro, pero también tenemos derecho a divertirnos y a reclamar nuestro pedazo de pastel de las películas de acción, de aventuras, de venganza...”

Y no hay que hacerlo “en absoluto” desde el androcentrismo, porque “estas mujeres no son una mera copia de los personajes masculinos, sino que tienen su propia entidad”. “Que se conozcan estos referentes es importantísimo. No puede ser que se conozcan películas como A cruel picture porque Tarantino haya dicho que se inspiró en ella para Kill Bill, sino porque nos pertenecen, son nuestra geneaología”.

“LO ESTÉTICO ES POLÍTICO”

Rebeldes y peligrosas de cine parte de las mujeres en el western, deteniéndose en personajes reales llevados al cine como Annie Oakley y Calamity Jane, y en otros como las protagonistas de Caravana de mujeres, la Vienna de Caravana de mujeres,Johnny Guitar o decintas más contemporáneas como La venganza de Jane y sigue con las heroínas de acción que “dejaron huella” como la teniente Ellen Ripley de Alien o Sarah Connor, en el caso de AlienTerminator Sin olvidar a Sandra Bullock y a Geena Davis, que dominaron los 90 con títulos como Speed, Miss Agente Especial, La isla de las cabezas cortadas y Memoria letal. En este apartado, ya más cerca en el tiempo, analiza el fenómeno de Los juegos del hambre y la versión de Mad Max (Fury Road) que protagonizó Charlize Theron. También cita a Lara Croft y a otros caracteres que “es cierto que están sexualizados, pero eso no quiere decir que no nos sirvan como referentes”. Además, “en el caso de las pelis de acción lideradas por hombres, estos también tiene buenos cuerpos y los exhiben”, añade Castejón, para quien lo estético no es algo accesorio. “Lo estético también es político”, afirma. Y pone los ejemplos de Mae West, que dijo aquello de “las chicas buenas van al cielo y las malas, a todas partes” y que “era divertidísima”. Y poderosa. “Tenía el dinero y controlaba el proceso de sus películas. Lo que pasa es que durante muchos años solo se había destacado como icono adorado por la comunidad gay o por los hombres, y nos faltaba reivindicarla desde el punto de vista femenino, convertirla en el referente que realmente es”, indica la autora, que en esta misma línea destaca el personaje de Catherine Tremmell al que dio vida Sharon Stone en Instinto básico. Estas dos y otras como las protagonistas de Perdida, La modista o Atracción fatal, entre otras, componen el epígrafe de las femmes fatales, que sigue al de las vengadoras, donde figuran, entre otras, Lisbeth Salander y las mujeres interpretadas por Najwa Nimri, “nuestra rebelde y peligrosa por antonomasia” en su época con Calparsoro. “En películas como Salto al vacío, Pasajes, A ciegas y Asfalto, sus personajes construyen una mujer que se enfrenta al entorno de miseria y precariedad con estrategias poco frecuentes para nuestros personajes femeninos en el cine español”, subraya la autora.

madres sobrepasadas

Cierra el libro un capítulo sobre amas de casa y madres. “Pensaba que me iba a costar poco escribirlo, pero al final fue todo lo contrario”, explica María Castejón. “A muchas nos la han metido doblada con lo del trabajo, la maternidad… A las que fuimos madres jóvenes, como es mi caso, y quisimos seguir trabajando como si nada nos pesan hasta las pestañas y hemos pagado un precio alto. Todo esto repercute en la salud mental y física”, comenta. En este apartado critica películas como Malas madres, que “convierten la maternidad en un lugar común del que reírse”. “Son divertidas, pero mejor repensarlas”. Y lo cierra con Carmina Barrios, porque “es una diosa”. “No se me ocurría una forma mejor de cerrar el libro”. Un libro que quiere que sirva de “guía” para “empoderarnos” también “desde los relatos, desde la fantasía” del cine, enriqueciendo, y rompiendo, si es preciso, el canon feminista más clásico.

El libro. ‘Rebeldes y peligrosas de cine. Vaqueras, guerras, vengadoras, femme fatales y madres’, de María Castejón Leorza. Prólogo de Jon Sistiaga. Lengua de Trapo.

Capítulos.

1. ‘El western y las pistoleras más duras al oeste del Pecos’.

2. ‘La acción como ruptura’.

3. ‘La justicia de las vivas. Welcome to violence’.

4. ‘La sexualidad como poder. Mae West y las femme fatales modernas’.

5. ‘Amas de casa hartas y madres sobrepasadas’.

Autora. Doctora en Historia, ha programado ciclos como ‘Heroínas de cine’ e imparte cursos sobre cine y series. Sobre historia, género y cine español ha publicado ‘Fotogramas de género: Representación de feminidades y masculinidades en el cine español (1977-1989)’y ‘Más fotogramas de género. Representación de feminidades y masculinidades en el cine español de los 90’.