N un estudio de grabación o, especialmente, sobre un escenario, Nick Cave se ha revelado como uno de los músicos más deslumbrantes, estremecedores y kamikazes de la música popular de las últimas cuatro décadas. Sus cantos, salmos y plegarias se desnudan al máximo, solo voz y piano, en Idiot prayerIdiot praye (Everlasting), el disco que recoge el concierto que ofreció en streaming Vuelve a ser un hito en su carrera, que se disfruta especialmente con el apoyo de Nick Cave. Obra lírica completa (Libros del Kultrum), un volumen que recoge la integridad de sus telúricas y sangrantes letras.

A la altura de su último disco, Ghosteen, su segundo intento de expiación ante la muerte de uno de sus hijos adolescentes, se sitúa esta última obra desnuda y estremecedora de Cave, que se revela, ya desde el momento de su publicación, como un hito (nada menor) en sus 40 años de entrega artística. Y es que el australiano no es solo un músico excelso (usaría los dedos de una mano para evaluar su importancia), sino que ha escrito dos novelas, un poemario y el largometraje The proposition

La génesis de este disco excelso está en el concierto que ofreció Cave, en solitario, en el Alexander Palace de Londres el 23 de julio, en streaming y bajo pago previo. Tras proyectarse en contados cines, se publica el audio del recital en disco, vinilo y plataformas. Con la única ayuda de su genio y su piano, 22 de sus letanías y plegarias se reparten en un disco doble en el que sus estremecedoras historias de búsqueda de la verdad y la redención se acomodan sobre las teclas sin parlamentos, con apenas el ruido del cambio de partituras, su respiración y algún símil de carcajada ocasional. El repertorio elegido bucea, con una voz todo expresividad y un piano minimalista, en casi todas las épocas de su trabajo, aunque obvia sus discos juveniles con The Birthday Party y los primeros pasos con The Bad Seeds, pero no su aventura paralela con Grinderman, de la que rescata la lírica Man on the moon (carencia y anhelo en la distancia) y anula la electricidad (no la magia) de Palaces of Montezuma entre guiños a Miles Davis, Steve McQueen, JFK y Marilyn. Y aunque sí elige su cancionero más plácido junto a The Bad Seeds, también incorpora piezas originalmente tormentosas y eléctricas, como el himno reciente e hiperbólico Higgsboson blues, o el más antiguo The mercy seat, con el corredor de la muerte, la verdad y la culpa como escenarios.

El disco pivota sobre The boatman's call, Skeleton tree y The boatman's callSkeleton treeGhosteen El primero, con dardos desarmantes como Into my arms, Black hair o Far from me, el de la ruptura de su relación sentimental con Pj Harvey; los otros, centrados en la muerte de su hijo, dan protagonismo a Spinning song, Girl in ambar, Galleon ship o la escalofriante Waiting for you, que hiela el corazón cuando Cave suplica "esperando a que regreses". El inédito Euthanasia, Jubilee Street, Sad waters, (Are you) the one that I've been waiting for?€ Todas suenan en tempo de balada acústica y de cámara, como capítulos de una obra magna, depurada, intensa y emocionante, y en un ambiente de lacerante intimidad, en la antípodas de las entregas físicas de sus conciertos.

Letras

Elvis, Milley Cirus, Robert Johnson, Marilyn, Dios, Lucifer€ Todos ellos, y muchas más referencias artísticas, científicas y culturales se cuelan en la obra de Cave, que confirma su relevancia como escritor y poeta. La prueba es Nick Cave. Letras. Obra lírica completa 1978-2019, un libro de casi 500 páginas que por fin se ofrece traducido, en edición bilingüe, tras tres ediciones previas ampliadas en inglés, y que recoge su obra completa, incluido su paso por The Birthday Party y Grinderman.

Complemento ideal para disfrutar con conocimiento detallado de su discografía, arroja una obra monumental, repleta de préstamos ajenos, citas, parodias y expropiaciones. Una obra tan carnal como espiritual y que aguanta recia sin el subrayado musical en la singladura de este predicador rockero por la muerte, la religión, la pérdida, el amor y una pasión sin frenos que, a veces, roza la locura. "Ningún Dios arriba en el cielo, ningún diablo bajo la mar podrían conseguir lo que tú, tenerme postrado a tus pies", escribió y canta Cave.

"Bueno, todo debe pasar", "no tengo miedo a morir", resume sobre el fin de las relaciones y la propia vida el australiano, que reconoce en el libro la importancia de la muerte de su padre. El vacío que sintió lo llenó con la escritura y, entre la locura y el caos, se asentó su afán por "articular la crónica de una sensación de pérdida casi palpable que, para colmo, parecía reclamar mi propia vida".

Sus cantos, salmos y plegarias se desnudan al máximo, solo voz y piano, en 'Idiot prayer', con el concierto en el Alexander Palace

Nick Cave es uno de los músicos más deslumbrantes, estremecedores y kamikazes de la música popular de las últimas cuatro décadas