Una prueba del fuerte respaldo social que tiene el Museo Bellas Artes de Bilbao son las donaciones realizadas a lo largo de su centenaria historia por parte de los amantes del arte y por los propios artistas. Los datos así lo confirman. La colección propia de la pinacoteca tiene un valor de 26 millones de euros, de los cuales 16 corresponden a obras recibidas en donación. Y los números no dejan de corroborar que, lejos de disminuir, en los últimos años se han incrementado considerablemente. “Desde la constitución de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao, en 2001, el conjunto de las obras que han ingresado en la colección mediante donación es superior al de aquellas que lo han hecho a través de adquisiciones, valores que se muestran superiores no solo en número de piezas, sino también en su cuantía patrimonial”, explicó ayer el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza, quien concretó que “en los últimos tres años, el valor de la colección propia del Museo ha crecido en cinco millones de euros gracias a las donaciones”.

Zugaza hizo estas declaraciones en la presentación de las últimas donaciones realizadas durante el presente año, un acto en el que estuvo acompañado por el jefe del Departamento de Colecciones, Nacho Novo, y de la responsable del departamento de Exposiciones, Miriam Alzuri. Casi todas estas obras ya están expuestas en el contexto de la exposición ABC. El alfabeto del Museo de Bilbao y en la sala de arte contemporáneo y pueden ser disfrutadas por el público.

Entre ellas, se encuentran piezas de autores tan destacados como la escultora navarra Dora Salazar, el bilbaino Vicente Larrea, los pintores Vicente Ameztoy o José Luis Zumeta, el fotógrafo alemán Thomas Struth, el pintor y cartelista guipuzcoano Carlos Zabala, Arrastalu ; la escultora, grabadora y pintora gasteiztarra Juncal Ballestín, a la que el museo dedicará una exposición en otoño, así como el historietista, ilustrador, pintor y grabador Juan Carlos Eguillor. Según explicó Javier Novo, un coleccionista privado ha donado también dos obras sobre papel del grabador flamenco Lucas Vorsterman, del siglo XVII, que guardan estrecha relación con una de las obras maestras de la colección propia del museo, la titulada Lot y sus hijas, de Gentileschi.

El escultor bilbaino Vicente Larrea, que cuenta con varias obras ya en la colección del museo, decidió ceder tres grabados, uno de los cuales se corresponde con una plancha de cinc del artista que forma parte de la exposición permanente dedicada a la colección del museo, que el artista donó en 2013.

También destaca el mural de siete por cinco metros que pintaron en directo en 1980 Vicente Ameztoy, Jose Luis Zumeta y Carlos Zabala contra la central nuclear de Lemoiz para unas jornadas contra la construcción de esta infraestructura que se celebraron en Bilbao y que posteriormente quedó depositado en las escuelas públicas de Otxandio por la Fundación Andikona 1936, que, ahora, lo ha donado al Museo.

En la Sala F, de familia, de la exposición El ABC del arte, también están ya expuestos los trabajos donados por la hermana del ilustrador donostiarra Juan Carlos Eguillor, que captó el espíritu y el alma de Bilbao y los bilbainos en su extensa obra. Carmen Eguillor ha cedido un conjunto de 99 estampas sobre papel, siete cuadernos y cuatro objetos del prolífico ilustrador que nació en Donostia, aunque la mayor parte de su vida transcurrió en Bilbao.

También destaca una fotografía de gran tamaño, 2,9 x 1,82 metros, del alemán Thomas Struth, titulada La familia Iglesias, San Sebastián, incluida en la exposición que le dedicó el Guggenheim, donada por la familia de la escultora Cristina Iglesias y de su hermano, el compositor Alberto.

En la sala de arte contemporáneo da la bienvenida al visitante la escultura Tejer II, de Dora Salazar, un cuerpo realizado en hilo de cobre “que parece aprisionado por un vestido o un corsé en una imagen estereotipada de feminidad”, resaltó Miriam Alzuri.

En los últimos años, han ingresado a la colección también piezas tan significativas como la pintura Triunfo del amor sobre la guerra (1784) de Luis Paret, donada por Alicia Koplowitz en 2018; la escultura en acero Bilbao (1983), de Richard Serra, donada en 2018 en memoria de Martín García-Urtiaga y Mercedes Torrontegui por sus nietos, o la instalación Hanging Figures (1997), de Juan Muñoz, donada en 2019 por la Fundación Vizcaína Aguirre.