Síguenos en redes sociales:

“Atera’ mantiene nuestro espíritu, el de una potente banda de rock”

Zea Mays edita su décimo disco, que aboga por “exteriorizar sentimientos y compartir”

“Atera’ mantiene nuestro espíritu, el de una potente banda de rock”

Bilbao - Atera (Garden) es la propuesta de Zea Mays para Azoka de Durango. Es el décimo disco y el noveno disco de estudio del cuarteto, grabado junto al laureado productor Carles Campi Campón y ultimado en Nueva York, con técnicos de fama internacional. El grupo euskaldun, que compuso sus canciones en el local de estudio, asegura que “mantiene nuestro espíritu, el de un potente grupo de rock en vivo”. La gira pasará en diciembre por Durango y el Kafe Antzokia antes de recalar en Iruñea, Donostia, Gasteiz y Azpeitia.

El grupo de Aiora Renteria sigue fiel, 22 años después, a su formación original, que completan Asier Basabe (batería), Rubén González (bajo) e Iñaki Piti Imaz (guitarra). “No hay secretos, solo que remamos todos a la vez, frenando o acelerando, según el momento”, según Piti. El grupo rompe con Atera dos años de silencio tras 20 años, álbum que incluyó remezclas de sus canciones a cargo de Belako, Grises o WAS, un DVD de un concierto de versiones compartidas con sus autores y tres temas con la OSE.

Entre las novedades del disco, según Renteria, está que “contamos con un nuevo productor”, Campi, que ha colaborado con Vetusta Morla o Jorge Drexler y cuenta en su currículum con varios premios Grammy. “Al contrario que otras veces, no paramos la gira de Harro y las canciones fueron surgiendo en el local de ensayo”, según la vocalista. “Ha sido muy fácil colaborar con él, nos sentimos tranquilos”, recordó Aiora.

En solo nueve jornadas Campi “nos sacó de nuestra zona de confort, alejando al grupo de casa (Tio Pete) y grabando “en solo nueve jornadas” de septiembre en Garate Studios, en Andoain. “Hubo varias fases, ya que antes hicimos premaquetas y maquetas. Con la grabación, en días muy intensos y tocando todos juntos, se buscó mantener el espíritu de una banda de rock en directo. Solo las voces se regrabaron después” indicaron ayer.

Campi, que coordinó el trabajo, llevó las canciones a Nueva York, para que las mezclara Héctor Castillo (David Bowie, Björk) en Nueva York, donde Fred Kevorkian (Iggy Pop, Maroon Five) se ocupó de la masterización. “Nosotros no viajamos, pero hubo comunicación cuando el proceso no mantenía la esencia”, recuerda Rubén. El disco resultante, como novedad, no incorpora colaboraciones y suena “potente, con mucha fuerza”.

Atera, que “cruza el rock alternativo de los 90 con el indie-rock bailable de siglo XX y la electrónica al servicio de las guitarras”, según Gorka Urbizu (Berri Txarrak), responsable de la hoja promocional, incorpora el rock furibundo y rudo de Gaur ni naiz y Haizearen Jainko beltza, la oscuridad sónica de Ilara hilobi, la potencia dance y electrónica de Kea, guiños a The Cure en Ur-jauzia o tiempos medios como Atera e Inurriak, más accesibles y pop.

Positividad “El concepto de Atera, el de salir o sacar, es positivo y amplio. No es el de la huida o la escapatoria, sino el de exteriorizar y compartir”, según Aiora, que recordó la máxima de La bola de cristal: “Solo no puedes, con amigos sí”. Ya disponible en plataformas digitales, se podrá comprar en la Azoka, pero no llegará a las tiendas hasta la conclusión de la feria, en formatos compacto y vinilo. La gira recalará en Euskadi en diciembre. El cuarteto actuará el día 20 en el Kafe Antzokia de Bilbao, el 25 de enero en el Zentral de Iruñea, el 8 y el 15 de febrero en las salas Dabadaba de Donostia y la Jimmy Jazz de Gasteiz, respectivamente, y el 14 de marzo en San Agustin Kulturgunea, en Azpeitia.

La gira incluye asimismo bolos en Madrid, Barcelona, Salamanca y Valladolid, así como una minigira que visitará París, Amsterdam y Berlín en enero. “Volvemos a Europa y nos abrimos a más puntos del Estado que en otras giras. Somos profesionales de la música pero todos trabajamos y lo que nos da el grupo lo invertimos en él. De ahí la gran inversión hecha en este disco”, concluyó Basabe.