bilbao - El veterano cantante interpreta sus canciones más conocidas en una gira en la que se acompaña de una orquesta sinfónica y de arreglos electrónicos.

“Como ayer, loco por cantar”, ¿no?

-Siempre lo he estado, desde pequeño, cuando cantaba en un coro en Madrid. Me sacaron de Linares con 9 meses. Soy andaluz... de Madrid. Hijo adoptivo desde 2018, con Carmena.

¿75 o 76 años?

-Los que tú quieras (risas). Creo que tengo la misma edad que Mick Jagger.

Incombustible, como él.

-No sé... Los Rolling son buenísimos. De mí no puedo decir nada (risas).

La mayoría de la gente sueña con la jubilación, no así los artistas.

-Es que el tener la suerte de trabajar en lo que a uno le gusta es un privilegio. Y si además tienes éxito, imagínate. Es como si te casas y te sale una familia fantástica. Te toca la lotería.

¿Hay algo mejor que los aplausos? ¿Un orgasmo bestial, quizás?

-(Se ríe y duda). No, es algo más sublime. El orgasmo es material y físico, y los aplausos te alimentan emocionalmente. Son una recompensa. Como cuando después del concierto se acercan y te dicen: sí, señor.

Así, el entusiasmo vendrá solo.

-Eso es, no hay que trabajárselo.

De los cantantes veteranos considerados grandes, no quedan tantos. Camilo Sesto nos dejó hace poco.

-Sí, pero llevaba tiempo sin querer hacer nada. Ha sido una pena, era amigo de la familia de toda la vida.

Y su competidor en karaokes: ‘Algo de mí’ contra ‘Mi gran noche’.

-Ahí sí. En persona, nada de nada.

Se le ve siempre muy joven.

-Porque me cuido. No fumo, no bebo, no trasnocho, como sano...

¿Y la voz?

-Es un don, genética. Tengo una reserva natural que me funciona pero, además, no la maltrato.

En directo jugaba con un espejo a lo Dorian Gray. ¿Algún pacto oscuro?

-Y rompía el espejo al final de una patada (risas). No hay pactos extraños aunque creo que el trasplante de hígado me rejuveneció. Era el órgano de un joven, no sé más; ni quiero saber.

Sale de gira con una orquesta sinfónica. Será complejo.

-Harto complicado. Pero aquí hay grandes sinfónicas. Cambio de orquesta, según las zonas. También tocaré en Donostia, Nueva York, Puerto Rico, Canarias, Sevilla, Granada, Málaga, Madrid... antes de fin de año.

Ahora traslada a los escenarios su disco, ‘Resinphónico’, grabado en los estudios Abbey Road.

-Había grabado mucho en Londres, pero no allí. El ambiente histórico se nota, se palpa por las fotografías, algún instrumento... Me gustan tanto The Beatles como Gardel. Grabé un disco de tangos donde solía hacerlo él. Eso se nota, hace que cantes mejor.

Siempre ha tocado con orquestas.

-Pero ahora se mezcla la orquesta con la música electrónica. Siempre estoy renovándome.

¿Revolucionario?

-Con lo pacifista que soy (risas). Soy un chico tranquilo, pero no me gusta estar parado. He colaborado con Alaska, Bunbury, Joe Crepúsculo...

Músicos mucho más jóvenes.

-Trato de estar al tanto; y ellos, también de mí. Me ha pasado hoy en una radio, se han quedado petrificados.

¿Qué ven en usted?

-Pues dirán que su padre tenía razón al referirse a mí. Lo de la electrónica es un hallazgo, no voy poder prescindir de esto ya. A todo le voy a meter caña. Le va bien a canciones como las mías, fuertes, grandes, épicas... No a las cancioncillas de usar y tirar.

¿Faltan canciones buenas?

-Sí, pero es algo cíclico y pasa en todas las artes. A veces, se produce un vacío.

A algún antiguo fan le habrá salido un sarpullido con la electrónica.

-Se han acercado y dicho que no lo entendían antes de oír las canciones; luego no.

Hablemos del amor...

-... una vez más (risas). Es uno de los alimentos principales del ser humano. Como la vida, en general.

El disco incluye ‘Promesas’. ¿Se cree alguna de las que va a oír en las semanas próximas?

-¿De qué me hablas, si no hay nada, ni gobierno? (Se carcajea). Me preguntas unas cosas muy psicodélicas. En política estamos en paro forzoso.

¿Qué haría con el reguetón?

-¿Yo? Esperar tres o cuatro años, y ver su evolución. Igual termina bien.

¿Ha abandonado el cine?

-Desde Mi gran noche, con Álex de la Iglesia, no he vuelto a trabajar en él. Es que me pilla siempre de gira, trabajando. No puedo esperar a que me llegue un guion, salga la financiación y empezar a filmar en un mes. ¡A saber dónde estaré en ese momento!

¿Otro villano más?

-Me encantaría. Como Doctor Jeckyll y Mr Hyde, que hice en teatro. El villano suele dar mucho juego.