aINHOA Arteta y Lucía Lacarra son dos de las artistas vascas más internacionales y distinguidas en sus respectivas disciplinas. Y gracias a la Quincena Musical, ambas coincidirán esta semana en Donostia con sus respectivas producciones. La soprano tolosarra será la protagonista de Madama Butterfly -se representará mañana en una sesión para la que no hay entradas y también el jueves-mientras que la bailarina zumaiarra también interpretará el papel principal en la Antigona que ha preparado el ballet de Víctor Ullate -días 17 y 18-. Es probable que esta interpretación del mito griego sea la última producción de esta compañía a menos que, tal y como solicitó el propio Ullate hace pocos días, alguna institución pública se haga cargo de ella.

Con apenas una década de diferencia -Arteta nació en 1964 y Lacarra lo hizo en 1975-, ambas intérpretes se han convertido en referentes del canto lírico y del ballet clásico. Ambas se mostraron, desde muy jóvenes, interesadas por las respectivas disciplinas en las que posteriormente se formarían. La soprano comenzó a cantar en la coral Eresoinka de su localidad natal y a los doce años ingresó en el Conservatorio de Donostia, desde donde daría el salto a Italia para formarse con Ettore Campogalliani, el que fuera maestro de Luciano Pavarotti -completaría su formación en el Actor’s Studio de Nueva York-.

Lucía Lacarra, por su parte, tras tomar clases en Zumaia, comenzó a formarse a los doce años en la academia de Mentxu Medel, en Donostia. Con solo catorce años ingresó en el Víctor Ullate Ballet de Madrid y dos años después debutó con esta compañía de la que en esta última temporada ha sido directora artística. En este tiempo, se ha hecho con el Premio Nacional de Danza, el Benoise de la Danse y el Nijinky. Desde un punto de vista más local, fue reconocida por su trayectoria -llegó a ser primera bailarina de la Ópera de Munich- por la Asociación de Profesionales de Gipuzkoa, que le concedió el Premio de la Danza en 2009.

Ainhoa Arteta encarnará mañana y el jueves a Cio-Cio San, la geisha japonesa protagonista de Madame Butterfly, en una sesión que consideró su verdadero “debut” en el papel, pese haberlo representado en anteriores ocasiones, según comentó en la rueda de prensa que la Quincena ofreció la semana pasada para presentar la ópera.

Según relató la soprano, el papel protagonista de esta ópera de Giacomo Puccini resulta emocionalmente muy exigente y afirmó acabar exhausta y “temblando” al concluir la función.

Por su parte, Lucía Lacarra como Antígona compartirá escenario el fin de semana con Josué Ullate, hijo de Víctor, que interpretará al prometido de la hija de Edipo en esta adaptación libre de la tragedia de Sófocles. En esta obra, la mujer representa el conflicto que existe entre la conciencia y la obediencia.