eL tiempo pasado no es tiempo perdido, como evidencia el disco-libro Kantuz. 1965-2015. Memoria eta desira, editado por Elkar y Gerediaga Elkartea y que DEIA ofrece el domingo a sus lectores con el periódico y al precio de 16,95 euros. Tres discos agrupan 50 canciones en euskera del último medio siglo, de Oskorri a Xabier Lete, Mikel Laboa, Ruper Ordorika, Fermín Muguruza o Berri Txarrak.

El disco-libro, que incluye un prólogo de Joseba Sarrionandia (“denbora pasatu ez da denbora galdua”, escribe en él), incluye canciones míticas para varias generaciones como Baldorba, Baga-biga-higa, Aitormena, Si vis pacem, Parabellum, Ezekielen prophezia, Eperra, Sagarra jo! o Aita-semeak.

La idea de la antología se articuló en torno al 50º aniversario de Durangoko Azoka, en 2015. “La cita, responsable de que la rueda del euskera y la música vasca sigan girando, se ha convertido en un pivote sobre el que se centran las ediciones y presentaciones de libros y discos, y con gran asistencia de público. Esa fue la excusa, ya que el fin último era contar una historia musical”, según Anjel Valdes, portavoz de Elkar.

La antología, planteada también como un homenaje a las asociaciones, particulares y empresas que trabajan en torno al euskera desde hace décadas, evidencia el poder emocional de la música al mostrar un grupo de canciones que “¡cuántas veces nos habrán conmovido!”, según Valdes, que defiende que “la música realmente válida es la que intenta cambiar a la sociedad y las personas, la que trata de hacer un mundo mejor y llevarnos de la oscuridad a la luz”.

La prueba está en Kantuz. 1965-2015. Memoria eta desira, que incluye un buen número de esos clásicos adheridos a la memoria euskaldun. Y lo hace, como no podía ser de otra forma, rescatando a los clásicos: de Txomin Artola a Benito Lertxundi, Mikel Laboa, Oskorri, Hertzainak, Itoiz, Xabier Lete, Ruper Ordorika, Erramun Martikorena, Negu Gorriak, Niko Etxart, Doctor Deseo, Errobi...

Intergeneracional “La selección ha sido dificilísima, ya que hemos tenido que elegir entre casi 30.000 canciones”, explica Valdes, que ha tirado del catálogo de otras discográficas (no solo de Elkar) como IZ y Xoxoa, y negociado con grupos autogestionados. El fruto incluye temas en estudio y directo, otros con arreglos sinfónicos o “curiosidades audaces” como las colaboraciones de Imanol con Amaia Zubiria o de Kortatu con Laboa.

Y hay espacio para artistas menos conocidos como Koska, Izukaitz, Delirium Tremens o M-ak, y otros cercanos en el tiempo, caso de Berri Txarrak, Eskean Kristo, Kalakan, Gari, Sei Urte, Kerobia... “Se trata de provocar una memoria adquirida y puede gustar a alguien con 15 años. No hay que olvidar de dónde venimos y transmitir esa riqueza a la juventud”, dice Valdes. Como se oye en Kantuz, tema que lo titula: “Kantuz sortu naiz eta kantuz nahi bizi... kantuz ehortz nezate, hiltzen naizenian”.