“La música de los años 60 y 70 tenía más corazón e intensidad”

Bilbao - “Se va a montar una gorda”, explica Sara Íñiguez, líder de Rubia, sobre su concierto de esta noche en el II BBK Music Legends, que se celebrará hoy y mañana en Sondika, en las instalaciones de La Ola. La vizcaina, que actuará a las 22.30 horas, presentará su nuevo disco, The game (Rock Izar Records), que le ha salido más negro, soul y blues que los anteriores.

Lo dice porque su grupo se verá “en versión extendida”, con vientos, cuerdas, Hammond y coros. Será la presentación oficial de su cuarto disco, The game, que ha grabado nuevamente con apoyo de sus fans. “El crowdfunding es una de las maneras más bonitas y creativas de relacionarme con mis seguidores”, explica a DEIA. “Así, consiguen los primeros discos, con descuento y firmados. Sin casi tiendas de discos, si alguien quiere el disco fuera de Bilbao, sería una odisea”, apostilla.

La vizcaina, que defiende que este sistema apuntala “mi libertad creativa, que es lo principal”, ha vuelto a grabar las bases de su disco nuevo en la sierra de Madrid, con Mauro Mietta, para rematarlo en Bizkaia junto a Lázaro Anasagasti e Ibon Larrañaga, y con ayudas del bajista Jokin Salaverria y los guitarristas Dani Merino, Gonzalo Portugal y Adrián Bárcena. “Cada uno en su estilo, lo han bordado”, indica.

The game, un disco “más de teclados que de guitarras porque compongo al piano”, le ha quedado más negroide que sus hermanos mayores, con mayor rastros de soul y r&blues que de country y psicodelia. “Supongo que sí han ganado ambos estilos, pero lo importante es hacer canciones originales, no ejercicios de estilo”, explica, antes de aclarar que “hago canciones de Rubia” y, por lo tanto, con estribillos eficaces y melódicos. “Me gustan, es lo que hace que enganchen las canciones porque si recuerdas alguna, siempre cantas el estribillo”.

Sara expresa en el CD su pasión por Nina Simone, Bessie Smith o Sister Rosetta, “mujeres que construyeron el blues y el rock’n’roll y después no se habló de ellas”. A la vez, aboga por una mayor presencia femenina en la música porque “cuando estamos sueltas, tenemos una fuerza creativa que asusta”, y por el modo de encarar la música en los 60 y 70, décadas de las que bebe.

“Me gusta cómo se hacía la música antes. Se ponía un corazón y una intensidad que ahora se han perdido. Los artistas no eran ni limpios, ni educados ni políticamente correctos. Eran fuerzas desbocadas de la naturaleza y eran originales”, contesta. “Ahora hay hasta programas informáticos para componer. Es el acabose”, apostilla entre risas.

las letras Sara defiende “la importancia vital” de sus letras porque “transmiten el mensaje de mi corazón y, cuanto más profundizas en tu alma para expresarte, más auténticamente cantas”, explica. “El juego del título del disco se refiere al estar aquí, en este planeta del que no entendemos un carajo”, explica. “Nos lo tomamos todo tan en serio... La prueba del juego es lanzarte a la vida como si cada día fuera el último, no ver la tele, no tomar decisiones por miedo, tirarte al barro, arriesgar y ser de verdad”, concluye.