‘En la orilla’, adaptación de la novela de Chirbes, llega al Arriaga
Esta obra, protagonizada por César Sarachu, se representará desde hoy hasta el domingo
bilbao - La obra En la orilla es la adaptación teatral de la novela de Rafael Chirbes que dirige Adolfo Fernández y protagoniza César Sarachu. Los actores Marcial Álvarez, Rafael Calatayud, Yoima Valdés, Sonia Almarcha, Ángel Solo y el mismo Fernández, que desempeña un pequeño papel dentro del espectáculo, completan el elenco que se subirá al escenario del Arriaga a lo largo del fin de semana -hoy y el sábado a las 20.00 horas y el domingo a las 19.00 horas- tras el “exitoso” estreno en Alicante.
Adolfo Fernández, el director de En la orilla, explicó ayer en la presentación que eligieron la obra de Chirbes -Premio Nacional de la Crítica 2014, Premio Francisco Umbral y el Premio Nacional de Narrativa- porque “somos unos locos apasionados de ese autor”. Lo que más les interesaba de la trilogía del autor, que comienza con Viejos amigos, sigue con Crematorio y termina En la orilla, era la última novela, ya que está dedicada a un contexto “más popular”. “Describe a un personaje, Esteban (César Sarachu), que se deja llevar por la codicia, la burbuja inmobiliaria lo atrapa, quiere ser más que su padre, quiere ser como su vecino... ahí afloran sus miserias morales”, relató el director.
El mundo de Chirbes cuesta acomodarlo a las dimensiones de un teatro. Pero después de tres años y nueve adaptaciones, lo han conseguido. “Es una obra barroca que posee el realismo de Miguel Delibes, mezclado con el tremendismo de Camilo José Cela y la vigorosidad de Benito Pérez Galdós. Y si además cuentas con que tiene 500 páginas y un monstruario de individuos que pululan por ahí, pues imagínate”. En palabras del director, Chirbes “se va por las ramas”, y al adaptarlo tuvieron que dotarla de una troncalidad: “El teatro no te permite dar marcha atrás como en la novela, hacer la pausa... El teatro es una saeta directa, al público no lo puedes perder”.
Para conseguirlo, han inventado una jornada que pasa Esteban con sus amigos, que empieza con una caza, que sigue con la preparación de la comida y termina con una noche de copas que deriva en una catarsis de los personajes. “Paralelamente a esa jornada, Esteban va rescatando sueños, relaciones... y así explicamos un poco su mundo”, añadió Fernández.
personajes César Sarachu encarna a Esteban, una persona compleja y llena de contradicciones. “Los personajes que crea Chirbes son fantásticos. Esteban es uno de los perdedores de esta crisis, tomó decisiones que le hicieron quedarse en el pueblo. En un momento, él estaba satisfecho porque tenía algo que le llenaba que era su gran amor, Leonor. Él se quedó allí pero ella se fue, y como dijo Chirbes: viviendo la vida desde la orilla. Al final acaba totalmente arruinado”, aclaró.
A Esteban le hubiera gustado tener otra vida, según explicó Sarachu, porque “lo ha perdido todo”. “Su padre tenía la ilusión de que fuera un gran carpintero... No tuvo esa iniciativa para decidir lo que quería hacer y se ha quedado al margen de todo. Es un personaje agrio, crítico con los demás pero no consigo mismo”, detalló. Fernández incidió en que Chirbes consigue reflejar “muy bien” a la sociedad: “Somos unos desmemoriados de la realidad más próxima, Chirbes radiografía esa cutrez de nuevo rico de la época de la burbuja inmobiliaria”. Explicó, asimismo, que la obra no cae en el “buenismo”, porque los buenos también han sido salpicados y han tenido “comportamientos incorrectos”. “Esteban traiciona a sus amigos, a su padre, a sus hermanos... Y al final, se traiciona a sí mismo. De eso trata nuestro espectáculo”, añadió el director de la obra.
necesidad Chirbes consigue que el lector reflexione sobre la realidad no tan remota de la explosión de la burbuja. Fernández quería proyectar, desde el escenario de un teatro, su hábil contextualización en la actualidad. “Cuando vives una realidad tan cínica, hay necesidad de contarla”, comentó. Sarachu, por su parte, añadió que “es un tema muy actual, muy real. Fue una época muy importante, bueno, todavía estamos ahí... Sigue siendo muy actual pero llevamos tanto tiempo que ya no nos escandaliza, lo cual es terrible. Por eso es importante ponerlo en escena y que haya un diálogo”, concluyó.