LOS visitantes que se acerquen a la exposición Panoramas de la ciudad: la Escuela de París, 1900-1945, que presenta el Museo Guggenheim hasta el 23 de octubre, pueden contemplar cinco cuadros de Robert Delaunay, uno de los más importantes pintores abstractos, que junto a su mujer, la también artista Sonia, se convirtieron en figuras fundamentales de la vanguardia histórica, formulando un nuevo y original lenguaje abstracto, ajeno a cualquier otra tendencia.

Los Delaunay son viejos conocidos de la capital vizcaina. Como explica Lucía Agirre, subdirectora de Curatorial y Documentación del Guggenheim, “Sonia y Robert expusieron por primera vez juntos su obra en Bilbao invitados por la Asociación de Artistas Vascos, en agosto de 1919”.

La exposición, tal y como queda reflejada en la noticia publicada en el periódico El Nervión, se inauguró el 27 de agosto y después viajaría a Estocolmo. Pero la relación de los Delaunay con el País vasco fue mucho más allá. En la misma noticia aparecida en el periódico de la época, se pone de manifiesto que “este admirable matrimonio de artistas, creadores de la escuela del simultanismo, es ya apreciado por nuestros amateurs como decoradores por su instalación de objetos de arte que actualmente tienen en Las Arenas”.

Pero no solo se limitaron a las Arenas. Tal y como relata Lucía Agirre, en noviembre de 1919 Sonia tuvo una sección en el antiguo hotel Majestic Hall, en Gran Vía 34, de la capital vizcaina, coincidiendo con la exposición que realizó allí el pintor cordobés Julio Romero de Torres. Y más tarde, en la floristería, propiedad en su origen del maestro jardinista Pierre Ducasse, Villa María Luisa, en Donostia.

‘Casa sonia’ Con el paso del tiempo, parece que la figura de la pintora y diseñadora francesa se hizo más popular que la de su marido. La vida de Sonia fue como una novela que recorre las vanguardias y conmociones del agitado siglo XX. De origen ucraniano, fue confiada, con apenas cinco años, a sus tíos maternos de San Petersburgo, de quienes recibió una educación cosmopolita. A través de Max Liebermann, conocido de su tío, tomó contacto con el mundo artístico germano y en 1903 se trasladó a Karlsruhe para comenzar sus estudios de pintura. Dos años más tarde continuaría su formación en París en la Académie La Palette.

Para no abandonar Francia, Sonia contrajo matrimonio de conveniencia con el marchante alemán Wilhelm Uhde, a través del cual conoció a artistas de vanguardia como Picasso, Braque o el propio Robert Delaunay, con el que se casaría en 1910 tras divorciarse de Uhde.

Su historia de amor y trabajo fueron de la mano. Como dijo el poeta Apollinaire: “Cuando se despiertan, los Delaunay, hablan pintura”. El intercambio artístico entre ambos sería constante. Como él, Sonia se sentiría interesada por las teorías del color de Michel-Eugène Chevreul y en 1913 comenzaría su serie no figurativa Contrastes simultáneos

En 1911 nació su primer hijo, y Sonia, que empezaba a experimentar en telas, le tejió una manta con formas geométricas inspirada en formas populares rusas y reminiscencias cubistas. (La manta se encuentra en la actualidad en el Museo Nacional de Arte Moderno de París).

En 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial sorprendió a Robert Delaunay y a su esposa Sonia (de nombre verdadero Sonia Terk) en Hondarribia, lugar en el que pasaban los meses de verano acompañados por el pintor mexicano Ángel Zárraga y donde conocerían al también mexicano Diego Rivera y al artista norteamericano Leon Kroll. Desde ese año, hasta 1921, fecha de su regreso a Francia, los Delaunay residieron en España y Portugal.

En Madrid, Sonia conoció al empresario de los ballets rusos, Sergei Diaghilev, quien le encargó el vestuario de su ballet Cleopatra. Animada por el éxito, la pintora se lanzó a crear la primera Casa Sonia, en la que vendió trajes confeccionados por ella, así como objetos que redecora y obtiene un gran éxito. Son los mismos colores de sus originales creaciones en tela, en piel, zapatos, bolsos, vestidos, abrigos, bañadores... En 1920, la pareja abandonó la península y regresó a París, allí, Sonia inauguraría otra tienda: Boutique Simultánea, pero en 1929, el crac de las Bolsas se llevó por delante sus empresas. Desde entonces, se dedicó solo a la pintura.

En 1964 se convirtió en la primera mujer viva en tener una retrospectiva en el Louvre. Sonia Delaunay murió en París el 5 de diciembre de 1979. Fue enterrada al lado de su marido en el cementerio de Gambais.