DESDE 1852, la pastelería Arrese es un mundo de dulces tentaciones a las que es difícil resistirse, como sucede con sus emblemáticas trufas de chocolate y nata. Pero además, en estas fechas navideñas, su obrador elabora productos tan típicos como los turrones y roscos de Reyes que preparan recién comenzado el año nuevo. Sus yemas, glorias, frutas glaseadas... además de sus pasteles y tartas variadas, bollería y pastas de té, son deliciosos caprichos de elaboración artesanal. Y ello se nota en el paladar.

La calidad es el sello que distingue a los productos de Arrese, lo que les ha permitido ganar una clientela fiel que mantiene vivo el negocio desde hace más de siglo y medio.

A su primera tienda en Bilbao, ubicada en la calle Bidebarrieta, le siguió la de Gran Vía, en 1923, un establecimiento que muestra aún hoy los encantos de su época dorada, desde la decoración, que se mantiene inalterable en sus principales elementos, al mobiliario, el suelo y el soberbio mostrador de mármol que preside el local.

No obstante, aunque mantiene la estética de antaño, que da personalidad propia al establecimiento de Gran Vía, Arrese ha mejorado el equipamiento técnico para adaptarse a los nuevos tiempos y nuevas demandas de los clientes. Además, hoy es un negocio en expansión en la última década, con cinco tiendas en Bizkaia, ya que además de estar presentes en Bilbao -tanto en Gran Vía, como en Rodríguez Arias, 35; y Fueros, 2 (Arenal)- también tienen locales en Lehendakari Agirre, 15 (Deusto) y en Las Arenas (Calle Mayor, 9). A su personal veterano en la plantilla se han sumado recientes incorporaciones que dan el toque juvenil a su atento equipo.