Art District: ciudad con arte, ciudad con alma
Las galerías aplauden la iniciativa y apuestan por interactuar con el público
CON la segunda edición de Bilbao Art District la ciudad da un paso más en su afán por convertirse en referente cultural de Europa. "Ciudad con arte, ciudad con alma", resumió ayer el alcalde, Ibon Areso, y siguiendo esa máxima las galerías y museos de la capital vizcaina han extendido sus tentáculos con el objetivo de cazar a un público esquivo que sin embargo confía cada vez más en el atractivo cultural de Bilbao, abanderado por su principal estrella: el Museo Guggenheim.
Las galerías festejan la iniciativa aunque se muestran cautas con los nuevos tiempos, que les obligan a reinventarse. Roberto Sáenz de Gorbea, que lleva más de 42 años al frente de la galería Windsor (Juan de Ajuriaguerra, 14), y Maite Martínez de Arenaza, alma máter de una propuesta "del extrarradio" como es el espacio La Taller, analizan para DEIA la situación del mercado artístico en Bilbao y los retos que habrán de afrontar en el futuro.
"Art District es importante porque significa cierta visibilización de nuestro sector, a nivel local, nacional y también internacional. De hecho, esta mañana hemos tenido unas 30 personas extranjeras en Windsor, y esto es importante para poder crear una ciudad, no solo museística, sino con un tejido artístico importante", aclara Sáenz de Gorbea. Además, la idea lanzada por el galerista en 2013 parece haber calado. "Propusimos que se realizaran actividades fuera del espacio de las galerías, con instalaciones, performances, etc., y este año volvemos a repetir, y no solo nosotros, porque hay siete u ocho intervenciones en otros tantos lugares de la ciudad, que marcan el camino a seguir como elemento diferenciador dentro de las propuestas culturales que hay en Europa y en el mundo. Poco a poco, el Ayuntamiento y la Diputación también lo están entendiendo así".
Respecto a la crisis que arrastra el sector cultural de Euskal Herria, el veterano galerista asegura que "es duro realizar exposiciones y ver que no cunden a nivel económico". Afirma que el mercado "sigue estando en unos mínimos preocupantes, pero todo esto nos anima a pelear con fuerza y nos da nuevos bríos". "El aporte de la clase media ha bajado mucho -prosigue el galerista-, hay una generación que está desapareciendo y no hay renovación de clientes. Y las nuevas generaciones tienen otros intereses. Las nuevas tecnologías les aportan una visión del mundo superficial pero más inmediata, y no necesitan la posesión de obras de arte".
Según Sáenz de Gorbea, ni los pequeños coleccionistas de arte se libran del azote de la crisis: "El que ha querido echar mano de su patrimonio artístico para solventar ciertas deudas se ha dado cuenta de que no hay mercado. Hemos hablado mucho de inversión artística, pero se empieza a hablar de inversión al comprar obras de más de medio millón de euros. Si compras una obra de dos mil no puedes pretender que su valor se multiplique. Las grandes subastas sí, están haciendo números irrepetibles, pero el mercado base, el de los artistas locales, ha desaparecido".
generar puentes Maite Martínez de Arenaza se congratula también del éxito de la iniciativa socio-artística. "En unas circunstancias tan difíciles todo funciona como trampolín. Además, en Art District hay una intención de fondo, el de abrirlo a los agitadores y agitadoras culturales que estamos en el extrarradio (La Taller está en Solokoetxe), y eso es muy positivo, porque se pueden multiplicar las actividades".
Arenaza tiene claro "que se acabó eso de abrir una galería y esperar a que entre la gente", y apuesta por las redes sociales, "lugares más transitados que la propia Gran Vía", y por cuidar al máximo la oferta de cada espacio. "Nosotros tenemos un programa bastante específico y la gráfica contemporánea es una oferta exquisita y exigente a la vez. En el Estado solo hay tres galerías de este tipo. Y funciona porque somos taller y galería", constata la promotora y artista guipuzcoana, que aboga por "generar puentes entre el público y el arte, por hacerles partícipes de las propias obras".