Fallece Retolaza, euskaltzaina y creador de la revista 'Kili Kili'

bilbao - Son varias las generaciones de euskaldunes que han crecido pasando las tardes entre las páginas de la revista Kili-Kili, huérfana desde el pasado martes tras el fallecimiento de su creador Jose Antonio Retolaza. Con una destacada trayectoria literaria, el académico de honor de Euskaltzaindia desde el año 2000 e ilustre sacerdote, fue uno de los grandes impulsores del euskera durante los 84 años que vivió. De hecho, está considerado el primer clérigo que ofició una misa en euskera en 1959.

Retolaza nació en Bilbao el 6 de junio de 1929. Sin embargo, tras el estallido de la Guerra Civil se instaló en Muxika. Posteriormente estudió en Gasteiz, donde finalizó los estudios de Teología en 1957 para ser destinado como sacerdote a la parroquia de Arrazola, ubicada en el valle de Atxondo. Fue ahí cuando el 21 de junio de 1959 dio la primera misa en euskera de la que hay constancia. Los testimonios de la hazaña de Retolaza fueron recogidos por Luis Baraiazarra en 2002 en la publicación Karmel bajo el nombre Munduko lehenengo mezea euskaraz. Desde ese mismo año, la entrada de la iglesia luce una placa como recordatorio de dicha gesta.

En 1958, el sacerdote escribió Jesukristo-ren Barri Ona y en 1962 Eguneroko Meza, en ambos casos animado por Jaime Kerexeta. Un año más tarde, en 1963, siendo párroco de Arrazola y director del centro escolar Funcor en Elorrio, el alcalde de este municipio lo denunció y el obispo lo expulsó de allí. No fue hasta 1965, seis años después de que Retolaza impartiese su primera misa en euskera, cuando una ley romana sentenció que las misas podían oficiarse en los idiomas locales.

Tras la destitución, Retolaza aprovechó para mudarse a Madrid, donde empezó a estudiar Psicopedagogía licenciándose en 1975. De igual forma, también estudio Peritaje Comercial en la Escuela Comercial de Bilbao. A pesar de que a partir de entonces centró su trayectoria en el ámbito de la educación, en esa misma época creó en Bilbao el movimiento Euskal Mezea, no sin ciertos problemas en un principio.

alfabetizar niños En 1966 creó el personaje Kili-Kili con el objetivo de cuidar y fomentar el euskera y su calidad entre los niños. Poco después, fundó la revista del mismo nombre, que se convirtió en un referente de la literatura infantil. En un principio, la revista se repartía gratis, y en dos años alcanzó una tirada de 2.000 ejemplares. En el quinto número Retolaza hizo un llamamiento a los lectores para que escribieran cartas y obtuvo una gran respuesta. De esa forma, con el ánimo de alfabetizar a los niños, instauró el Premio Kili-Kili Sariketa Nagusia. En 1968, la revista fue prohibida y Retolaza se volcó en su empeño en la alfabetización. En 1977, con la llegada de la democracia, la publicación comenzó de nuevo su andadura y se celebró en Bilbao el primer Kili-Kili Eguna. A partir de entonces, la revista, que supuso una revolución gráfica para las publicaciones infantiles en euskera, fue difundida sin ningún problema hasta el 2002.

Durante su trayectoria, Retolaza atesoró publicaciones destacadas como Ipuinak (1967), Arrotz ipuinak 2 (1987), Arrotz ipuinak 3 (1988), Umeen len jaunartze gerta bidea (1967) o Ume euskaldunen alfabetatzea (1977). Asimismo, obtuvo numerosos homenajes de distintas asociaciones como Labayru (1993), HABE (1993), la Asociación de Traductores, Correctores e Intérpretes Vascos (1996). Euskaltzaindia le nombró académico de honor el 27 de octubre del año 2000.

El funeral en memoria de Retolaza se celebró ayer por la tarde en la parroquia de San Vicente de Bilbao. Asimismo, la figura de Retolaza fue recordada también durante la Comisión de Cultura de las Juntas Generales de Bizkaia, donde tanto la diputada de Cultura, Josune Ariztondo, como la portavoz del PNV, Lorea Bilbao, recordaron el trabajo en favor del euskera del euskaltzain.