Principalmente conocido para el gran público como escritor, Lewis Carroll también fue un gran aficionado a la fotografía, tomando entre 1856 y 1880, dieciocho años antes de su muerte, más de setecientas imágenes. Su afición a la fotografía se centraba principalmente en los retratos de niñas (realizados en exteriores hasta 1872, cuando montó un pequeño estudio en su apartamento), fotografiándolas a menudo con poca ropa e incluso, en alguna ocasión, completamente desnudas.

Cuentan que Lewis Carroll, quien en 1861 se hizo reverendo, se inspiró en Alice Liddell para escribir su obra principal, Alicia en el Pais de las Maravillas, aunque el propio Carroll desmintiera este hecho y no hubiera ningún parecido físico entre la protagonista del cuento y la menor. No obstante, fue en uno de los habituales paseos en barca cerca de Oxford que hacía con la menor y sus hermanas cuando empezó a contarles historias, cuentos inventados, que más tarde pasarían a formar parte de la obra de Lewis. Quizás su fotografía más conocida y, probablemente, la de más calidad de todas las imágenes que se conservan de Carroll es la de Alice Liddell disfrazada de pordiosera. La relación entre el hombre y la familia de la menor se rompió repentinamente siete años después de que conociera a la familia Liddel y a las hijas del matrimonio.

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