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LOS productores de Tiburón 3D, La presa, los mismos que idearon la sangrienta Hostel, se han pasado al mundo submarino para concebir un nuevo escenario terrorífico. A su favor se podría decir que el proyecto se desarrolló desde el principio con la tecnología 3D y que no han tratado de realizar una adaptación del mítico Jaws (1976), el clásico de Steven Spielberg, responsable de unos de los rodajes más azarosos y endiablados que se recuerdan. Lo que era puro gozo para el espectador, para sus responsables fue un martirio y traicionó en más de una ocasión sus esperanzas. En el imaginario colectivo de muchos amantes, el tiburón ficticio de Spielberg, es insuperable. Una película casi artesanal, con tecnología imaginativa y fallida que puso en peligro su final. El aparatoso animal, lleno de cables y comandos, no funcionaba y lo que era peor, no sabían cómo ponerlo en marcha. Además, persistía la amenaza de una posible huelga de Hollywood, que obligaba a muchos proyectos a finalizar antes de tiempo.

Spielberg se inspiró en El diablo sobre ruedas, y tenía claro que quería materializar en la profundidad del agua los mismos códigos que le hicieron triunfar en la carretera. A diferencia de la película que se estrena la próxima semana, decidió no ahogar la fiesta a sus espectadores y censuró las escenas más violentas por razones éticas. Jugó con el miedo psicológico, la sorpresa y procuró imprimir la máxima emotividad a favor del entretenimiento.

Tiburón 3D, La presa no cita ese filme como máximo referente. Sin embargo, casi 40 años después, dialogan por su radical forma de entender y vivir el cine. Frente a la originalidad, la inventiva y la paciencia, y la humildad de la aventura de Spielberg, el tiburón del siglo XXI gana en diseño, al servicio de una visión explícita y física del miedo. Sus defensores, sin arrebatos nostálgicos, sostienen que será una de las mejores del género. Los miembros del equipo de Steven Spielberg, debido a un rodaje dificultoso, habían perdido la perspectiva y hasta el último momento no sabían, según relatan, si iban a triunfar o no. Jaws rompió las taquillas de medio mundo y fue un bombazo. Gracias a unas notas musicales efectivas, un casting excelente y una dirección magistral.

siglo XXI Evidentemente, los nuevos tiburones poco tienen que ver con aquellos. Los diseñadores contaron con algunos artesanos que empezaron con una escultura original hecha con arcilla para moldes y trabajaron con biólogos marinos para conseguir el aspecto más realista posible. Los responsables de la película creen que lo conseguido por Spielberg fue grandioso. "Si lo ves ahora, es como uno de los primeros modelos de Ford comparando con un Ferrari", añaden. La culpa es de los diseños animatrónicos, la técnica que, mediante el uso de mecanismos robóticos o electrónicos, simula el aspecto y comportamiento de los seres vivos. Un avance capaz de simular los mismos movimientos de los tiburones reales. Los especialistas que han facilitado las criaturas artificiales, los mismo que los de ¡Liberad a Willy!, aterrorizaron al reparto. "Pintamos la piel y construimos las diferentes partes, hasta que todos los elementos juntos formaran algo que pareciera totalmente natural," dicen. "Son los detalles como los poros y la textura de la piel lo que les dan su aspecto realista. También investigamos por todo el mundo para encontrar calaveras que se correspondieran con el tamaño de los tiburones que habíamos hecho y sacamos moldes de los dientes de tiburones reales. La calavera del tiburón martillo la encontramos en Australia. El gran tiburón blanco vino de San Francisco", comentan.

Enfrentarse a estos gigantes inquietantemente verosímiles fue una labor angustiosa para los actores, alguno como Dustin Milligan salido de la nueva versión de Sensación de vivir. "Cuando estaba bajo el agua, apenas podía ver," dice Milligan. "Entonces escuchaba ese pequeño bip, bip y esta cosa venía nadando hacia mí, como un tiburón de verdad. Era terrorífico. Cuando nos metimos en el lago, trabajamos con el tiburón martillo, que era despiadado", advierte. El director David Ellis espera que el público se sienta de la misma manera viendo la película. A pesar de las dificultades que supone rodar un thriller de acción en 3-D rodeados de agua, espera tener buenos resultados. Afortunadamente, siempre nos quedará la original.