Bocetos y apuntes de Miguel Ángel Álvarez
donostia
POCO antes de su reciente fallecimiento, la galería Ekain de Donostia, ha organizado una excelente muestra de bocetos y apuntes del pintor guipuzcoano Miguel Ángel Álvarez (Tolosa, 1927-Donostia 2011), compuesta por obras de las décadas de los años 60 y 70, que su hija Gala guardaba con esmero. Se trata en su mayoría de dibujos rápidos y muy sueltos que Álvarez realizó en París, así como de diversos bocetos que el autor realizó para diversas iglesias de Donostia y para diversas empresas culturales, deportivas, e industriales de Gipuzkoa.
Destacan de entrada unos cuantos dibujos de mujeres en el mercado y mujeres en la cocina, rápidos y bien trazados en negro y con manchas negras, realizados en París, así como varios dibujos de mujeres pintando, realizados a base de acumulación de rayas y muy bien realizados. También son de esta época tres buenos retratos, realizados con gran soltura del pintor Amable Arias. El gran dibujante que hay en Álvarez le lleva a marcar con muy pocos trazos y muy expresivos el perfil del retratado.
En una línea más cubista se mueven el resto de los bocetos y apuntes realizados para diversas iglesias de Donostia: San Sebastián, San Martín, así como para diversas empresas culturales, deportivas, e industriales de Gipuzkoa: frontón Balda, cine Savoy, cine Leidor, cine de Beasain, empresas de Bidebieta y Leaxpi. Su cubismo sintético le lleva a preocuparse de dar una cierta volumetría a las figuras, herencia de Picasso, Vázquez Díaz, y Aurelio Arteta, una herencia que cuajó en la mayoría de los artistas del País vasco en la postguerra, y que se ha consolidado en nuestras tierras. Y hace lo mismo con las figuras religiosas: Vidriera, Emaus, Última Cena, que con las civiles: Pelotaris, Obreros, Pescadores, Vendimia, Hilandera de Deba, Puerto de San Sebastián... A él le interesa sobre todo la forma y el volumen, el color le sobra. Ya se lo echaba en cara su maestro Ascensio Martiarena.
Álvarez se muestra también muy bien dotado para las composiciones abstractas, aunque estas no le atraían nada, pero las respetaba. Los pocos bocetos abstractos son muy finos y delicados, como lo fue el gran mural del cine Savoy de Donostia, hoy por desgracia desaparecido. Y en el fondo de la galería se ofrece una espléndida colección de desnudos femeninos y de parejas, de gran calidad artística y alto contenido sensual, que todavía poseen precios más que asequibles. El artista ya lo decía: "Lo mejor que ha hecho Dios en la creación es la belleza del cuerpo de la mujer".