Lleva nueve años recalando en Bilbao -y ahora Gasteiz-, moviendo expresiones artísticas locales y de todo el mundo que se alejan del mainstream, y "fuera de los cauces culturales más estandarizados", puntualiza el profesor de la UPV y crítico de Arte Xabier Sáenz de Gorbea. Lo cierto es que el Festival Internacional de Arte Experimental suele desplegar un buen muestreo de ideas y formatos originales, de autores que gustan de explorar más allá de lo previsible. Y, para algunos, más que un escaparate el MEM sería "una manera muy chula de colaborar la gente que estamos haciendo cosas aquí", señala a DEIA Borja Buján, quien capitanea las originales exposiciones de Galería Garabat y suele participar con motivación en esta cita artística.

En el caso de Ismael Iglesias, artista bilbaino pero que está "habituado" a acercarse a Documenta o a Londres, o donde quiera que "haya cosas interesantes", no le sorprende tanto el MEM. "Desde sus comienzos, he participado en la coordinación y gestión de Espacio Abisal y desde 2002, en cuestiones más artísticas, en MEM", relata, explicando que este año veremos, desde el miércoles 17, su trabajo premiado en el concurso Experimento Bio, consistente en un juego entre la pintura y la fotografía, "en los límites ambas disciplinas, con el resultado final en papel fotográfico".

Pues sí, a Ismael le gusta "alternar varias cosas a la vez", jugando con formas, colores, etc., y reutilizando materiales, como "los trozos de cinta pintada que uso habitualmente para construir mis cuadros -como la piel sobrante-, que pasan por el escáner o cámara de fotos y se convierten en una pieza más de mi proceso de trabajo. El mondongo de cintas lo guardo siempre, pero cada vez que escanee dará un resultado similar pero diferente", cuenta.

Los sorprendentes resultados de las búsquedas de este autor bilbaino estarán en la sala BBK de la Gran Vía bilbaina desde el día 17. Y esa semana, en esta línea, el conocido profesor de Arte y Tecnología Mungi impartirá un taller para fabricar robots, en BilbaoArte. Mungi comenta a DEIA que "la tecnología en punta ha pasado por todas las épocas artísticas. Cuando se descubre la simetría, el arte la incorpora; en los años 50, pasa lo mismo con la electrónica; la robótica y el arte van marcando líneas interesantes también", enumera.

Lejos de ser un curso para ingenieros, el taller que se desarrollará del lunes 15 al viernes 19 "puede hacer que la gente interesada empiece a tocar las herramientas, que tenga pequeños recursos y vea nuevas direcciones que tomar", entiende el profesor. En opinión de Txema Agiriano, alma mater del MEM, director y comisario, "es bueno que la gente pueda participar, es una actividad súper-interesante". De hecho, uno de los objetivos de este Festival es que "las personas interesadas en la cultura disfruten con el arte", que sientan "fácil" el acceso a estas manifestaciones. Y los escasos actos no gratuitos cuentan con precios populares, "para que no impidan que la gente acuda a experimentar", razona el organizador.

Para Txema, esta edición MEM cuenta con cosas "que merecen la pena", en su línea de intentar superarse "año a año". Por ejemplo, esta semana entrante "será muy potente", indica el programador, con el Taller de Robots, el videoarte búlgaro Videohólica en Ibu Hots (Gasteiz); la inauguración el miércoles 17 de la exposición de Iglesias y el concierto en acústico de The Longboards; la instalación de la sueca Liv Strand el jueves; las performances de Inazio Escudero y Lydia Lunch el viernes; los conciertos de, entre otros, FM Einheit, el sábado; la danza butoh de la suiza Flavia Ghisalberti... Permanecerá aún la instalación de Samuel Labadie en Espacio Abisal, la instalación MEM Surf en Gasteiz y las obras de Víctor Coyote y su Ruido Bajito estarán desde el 26 en Garabat... y antes hubo conciertos en la calle, con coches tuneados, un debate sobre el futurismo, etc.

Que los artistas se conozcan y compartan serían objetivos "claves" de los impulsores de MEM, festival que ha cogido velocidad de crucero pero que partió de una idea de Txema Agiriano y Josu Lafont. "El MEM merece una mayor atención y presencia en los medios. Estar siempre abierto a los últimos avatares es un riesgo que resulta fresco, lúdico y participativo", observa Xabier Sáenz de Gorbea. Samuel Labadie está contento de contar con una exposición individual porque "es una ocasión de proponer una temática y unas obras específicas para un lugar. El espacio se propone para plantear un discurso", argumenta a DEIA. Labadie habla de una colaboración "muy entusiasta" con Agiriano y éste de "la carga irónica, pero con mucha investigación" del autor francés. "Creo que el MEM es un tesoro para Bilbao, en un momento en el que la cultura alternativa poco a poco se esconde al beneficio de una cultura más oficial", entiende Samuel.

En el caso de Borja Buján, de Garabat, considera que MEM "siempre ha sido un festival avanzado, con cosas no fáciles de ver". Por su parte, Inazio Escudero -que ha solido decantarse por la música y la videocreación-, saca partido a sus clases de Imagen y Sonido, afrontando al público en sus performances. En MEM pretende sorprender y crear "una especie de buenrrollismo". Piensa que este Festival "permite traer cosas de fuera con una ideología algo subjetiva".