BILBO. Virtuoso, elegante, melancólico,dotado de una limpieza yuna sofisticación al alcance depocos, el sonido que brota de lasseis cuerdas de la guitarra deKnopfler es un regalo para los sentidos.
Pero, ¿dónde radica el misterio?¿Qué resorte activa lamagiaque imprime a sus notas? Las opinionesde expertos y aficionadosdifieren en losmatices, pero estánde acuerdo en lo básico: la manerade tocar del escocés es importante,pero la magia surge de su cerebroprivilegiado. Le sobra talento.
Dotes al margen, no cabe duda deque la técnica del músico no es lahabitual. Mark Knopfler apenas utilizapúas, al contrario que la mayoríade músicos que se prodigan conla guitarra eléctrica o la acústica,pero tampoco toca exactamete conlas uñas. Lo que él practica es el fingerpickingo algo similar, una técnicaque se fundamenta en intercalarlas yemas de los dedos y lasuñas, cosa que hacen sólo los grandesguitarristas. Apoya sus dedosmeñique y anular en el cuerpo de laguitarra, y utiliza el resto paratocar. Alterna el pulgar y el corazón/índice (éstos los mueve juntos)a la hora de tocar. Esta combinaciónes la que produce luego sonidos tanmaravillosos. Eso es lo que le haceinimitable, y lo que le alzó hasta elnúmero 27 de la lista de los cienmejores guitarristas de todos lostiempos, publicada hace años por larevista especializada Rolling Stone.
Mark Knopfler utiliza (y colecciona)cerca de setenta guitarras. Entrelos instrumentos destaca una guitarraFender Stratocaster de 1954(una de las primeras que se fabricó)denominada Jurassic Strat. Ademásde las Stratocaster, Knopfler se prodigacon varias Telecaster, Gibsono modelos personalizados de Pensa.Una de las Gibson que usa llegó acostar 20.000 libras (24.000 euros) ensu momento, y no cabe duda de queen una posible subasta alcanzaríacifras mucho más elevadas.
Knopfler se duermetocando la guitarra,tal es su afición, y en algunaocasión ha descrito a la herramientacomo “un instrumento sexy, aunquenunca he dormido con ninguna”.Además, el genio reconoce suslimitaciones y en más de una ocasiónse ha dejado llevar por su “amiga”,aparcando las palabras: “Aveces, cuando la voz nome alcanza,dejo que hable ella”.