Bilbao
VIENA rebosa lujo y exquisitez allá donde se mire. No en vano, se presenta al mundo como una ciudad cosmopolita pero elegante, culta y mucho más propia del siglo XIX que de los tiempos de vanguardia. En muchos de sus recovecos rezuma todavía ese fasto imperial de la época de Francisco José I o de la mítica Sissi. Solamente con plantarse en la Ringstrasse, la calle circular que rodea al centro de la ciudad, y con situarte frente a su pórtico ya es algo que impresiona, con esas magníficas cinco estatuas de bronce, obra de Julius Hähnel, representativas del heroísmo, la fantasía, el humor, el drama y el amor.
Símbolo de aquella Viena imperial, con un aire tan conservador que no admite excepción alguna en sus tradiciones, es su teatro de referencia, la Ópera de Viena, que ha decidido despedir de su elenco a la rutilante bailarina rusa Karina Sarkissova (Moscú, 26-IX-1983) por el mero hecho de haber aparecido desnuda en unas fotos publicadas por una revista austriaca, según informó ayer la televisión pública del país ORF.
No es la primera vez que Sarkissova había dado esto tipo de problemas a la Ópera de Viena, donde ella trabajaba como primera bailarina, puesto que ya en mayo del pasado año aparecieron fotografías suyas en la afamada revista erótica Penthouse, dirigida al público masculino. Unas imágenes que, para más inri, fueron tomadas ilegalmente en las instalaciones del propio teatro. Por aquel incidente, el que fuera entonces director de la escuela de ballet, Gyula Harangozo, se limitó a amonestar a la joven rusa. Pero tras la aparición de estas nuevas instantáneas en la edición veraniega de la revista Wiener, se consensuó su despido fulminante el pasado 23 de agosto sin posibilidad de echarse atrás en la decisión.
"me siento discriminada" Sarkissova, quien formaba parte del elenco de ballet de la Ópera de Viena desde hace ya diez años, aseguró en declaraciones que publicaba ayer el diario Österreich sentirse "discriminada como mujer". La artista agregó asimismo que "el cuerpo y la sensualidad forman parte del arte de la danza, que es una simbiosis entre fuerza y estética", algo que pretendían poner de manifiesto las fotos publicadas -se supone, que a cambio de una jugosa cantidad de dinero-. Con todo, el currículo de la bailarina no puede ser más brillante después de haber estudiado en la prestigiosa escuela Bolshoi en Moscú, completando su formación en Sankt Pölten, cerca de Viena. La colección de premios que recolectó no tardó en llegar a finales de la pasada década, cosechando galardones en Austria, Italia y Suiza, entre otros países, coincidiendo de igual manera con una época esplendorosa en el plano personal, puesto que se casó con un ciudadano austriaco y en 2002 dio a luz a su primer hijo, Gabriel.
Desde el pasado año Sarkissova era bailarina solista de la Ópera de Viena y su repertorio no puede ser más excelso con papeles en Espartaco, El lago de los cisnes, La bella durmiente, Cenicienta, Cascanueces, Bolero, Sensi und Duke"s Nuts... Sin embargo, el glamour que ostenta el teatro ha pesado más. Muy querido por los vieneses entusiastas de la música, ofrece durante la temporada de diez meses unas 300 actuaciones en total, con una programación novedosa a diario. Densidad de obras que hace de esta Ópera de Viena la número uno a nivel internacional. Pero quizás sea por ese carácter que ostenta desde su fundación en 1869 que no deja lugar a la transgresión, ni dentro ni fuera de su escenario. A juicio de los rectores del teatro, la sensualidad de Sarkissova traspasó los límites del reglamento. Ahora únicamente queda por comprobar quién ha perdido más: si la Ópera de Viena, debido al arte que desprende Karina, o ella, parada y sin las mejores tablas.