Siendo la última de los once hijos que tuvieron Manuel y Luisa, allá Beskoitze (Lapurdi), Estibaliz Robles-Arangiz Bernaola había nacido premeditada para la música. No en vano, sus primeros contactos con la música fueron en el entorno familiar. Siendo muy niña, escuchaba los ensayos y presenciaba los espectáculos de sus hermanos y hermanas mayores, los cuales formaban dos cuartetos Soroak y Ainarak, respectivamente. Los ocho hermanos llegaron a actuar en conjunto, fenómeno que les valió en la prensa el sobrenombre de La Familia Trapp de Bilbao.

La niña Estibaliz había nacido en el exilio de Lapurdi. No en vano, era hija del sindicalista y político nacionalista vasco Manuel Robles-Aranguiz, exiliado tras la Guerra Civil. Aprendió solfeo con Aurora Abasolo y guitarra clásica con José Herrero y Estitxu llegó del exilio a Bilbao con 8 años. Comenzó su andadura musical en 1967 y en 1968 ganó el primer premio del concurso Música Joven en el Seis Estrellas de Bilbao, organizado por los Lyons Club-Internationnals de Bilbao. A este le siguieron otros dos premios como intérprete en Eibar y Mauleon (Zuberoa). A este le siguieron otros y pronto comenzó a ofrecer recitales en Euzkadi, México y Venezuela, siempre acompañada de su inseparable guitarra. Incluso llegó a dar conciertos en Estados Unidos o en Francia, en el show de Jacques Chacel, un programa de máxima audiencia que se emitía los sábados por la noche en TF1. Esa era su categoría y la dimensión de su carrera. Le llamaban la Joan Baez del País Vasco y también el ruiseñor de Beskoitze. Ya era cantante consagrada.

No era ese un título de muchas garantías por aquellos años. El propio Gontzal Mendibil con quien Estitxu tanto compartió y con Estitxu ya muerta, recordaba que era una mujer abierta a cualquier propuesta y sis precio. “Le llamaban cuando no había dinero y, por supuesto, acudía. Y cuando lo había le decían que estaba muy vista y ¡zas! otra vez sin cobrar”. ¿Quieren un ejemplo más de las rarezas de la época? La canción Bai, bai Estatutoari para la campaña de referéndum por el Estatuto (1979) le pasó factura. Una parte de su público no le perdonó nunca su toma de postura mientras que la otra, la que teóricamente tenía a favor, no fue capaz de reivindicar su figura como cantante o intérprete.

Estitxu no lo tuvo fácil. Desde muy joven vio cómo los censores del régimen le prohibieron actuaciones en festivales y concursos por ser hija de un nacionalista fundador de ELA-STV y, por supuesto, por cantar en euskera. Era víctima de la era franquista. Le prohibían no pocos festivales al tener que solicitar la autorización necesaria al Gobierno Civil. Entre otros tantos, el día 8 de marzo de 1970, en el que habiendo un gran Festival en el Coliseo Albia de Bilbao como homenaje al Coro Easo, se recibió la autorización del Festival pero con una cláusula en la que decía textualmente: “Solamente la cantante Estitxu deberá ser excluida del Programa” Firmado: El Gobernador Civil de Vizcaya. También TVE le contrató y le grabó en Madrid para el programa Noches del Sábado grabación que nunca se emitió, a pesar de haber sido anunciada incluso por la prensa. Extraoficialmente se llegó a saber que estaba vetada por ser hija de un político “significado del campo separatista, Manuel Robles-Aranguiz”.

Recorrió Euskadi durante los años de la Transición política con notable éxito. Vertió al euskara negros espirituales y canciones country, abriendo nuevos horizontes a la canción vasca. En 1970 sus canciones Anaitasuna y Beskoitze fueron grandes éxitos. En sus manos estuvo el renacimiento de la música euskaldun. Murió en Bilbao en 1993, a los pocos días de su reaparición tras diez años de ausencia.