Bilbao. No poder acceder a internet durante 24 horas supondría para nuestra sociedad volver a "las cavernas analógicas" en las que vivíamos hace tan solo quince o veinte años. Los expertos comparan un día sin internet a un día sin electricidad; una jornada en la que tendríamos que cambiar nuestros hábitos de trabajo, ocio y comunicación; un día que nos resultaría incómodo y, en muchos casos, improductivo.
Menos mal que los expertos también dicen que una caída o un fallo generalizado de internet durante muchas horas es "prácticamente imposible". "Dependemos de Estados Unidos para que eso no ocurra, porque todos los nodos en red funcionan como una estructura en árbol y podríamos decir que sus raíces están en Estados Unidos. De hecho, allí tienen un plan de contingencia por si ocurre eso, porque supondría que se cae internet en todo el mundo", explica Alex Rayón, profesor del Departamento de Tecnologías Industriales de la Universidad de Deusto. En opinión de Nacho de Pinedo, CEO del Instituto Superior de Desarrollo de Internet (ISDI), "no es probable que internet deje de funcionar". "Todo conspira -dice- para que eso no falle. Puede ocurrir, pero todo el mundo está empeñado en que no suceda, lo mismo que los estados no se pueden permitir que fallen las telecomunicaciones o la electricidad".
internautas
16 millones al día
A dos días de la celebración del Día de Internet resulta difícil imaginarse el día a día de cualquier persona sin poder utilizar la Red tal y como la conocemos ahora o el funcionamiento de cualquier sector de actividad sin las prestaciones que le proporciona internet. Y es que, según los últimos datos del INE, el pasado año, alrededor de 16 millones de ciudadanos del Estado español se conectaron a internet de forma diaria y usaron principalmente la Red para realizar búsquedas y consultar el correo electrónico. A finales de 2011 menos de un tercio de la población de entre 16 y 74 años -un 29,2%- todavía no era usuaria de internet, aunque se prevé que ese porcentaje tienda a disminuir en los próximos años. Entre la frecuencia de conexión, gana de forma mayoritaria la conexión semanal, con más de 21 millones de internautas, por delante de la conexión diaria que alcanza los 16 millones y medio, de los cuales un 28% de estos usuarios realizan más de una conexión al día.
Los internautas del Estado español utilizan la Red principalmente para tres actividades: consultar el correo (95,1%), realizar búsquedas (76,45%) y consultar actualidad y noticias, actividad que realizan el 75% de los usuarios que se conectan a diario. Como dato significativo, en 2011 las búsquedas de formación se consolidaron como la cuarta actividad más importante, una tendencia que aumentó un 10% en relación con 2010 y responde al aumento del paro y a la crisis económica. Por el contrario, la descarga de software y las búsquedas relacionadas con viajes y alojamientos son algunos de los usos de internet que más cayeron en 2011.
conectividad
Publicar, difundir, informarse
Iñaki Lázaro, secretario de la Asociación Internet&Euskadi, explica que "lo primero que hago al incorporarme al trabajo es revisar mi correo electrónico. Me conecto a internet, veo los correos, descargo cosas, respondo... Si no hubiera internet no podría hacer todos esos intercambios y comunicaciones asociadas a la conectividad que proporciona la Red". "Otro punto importante son las redes sociales, así que no podría difundir noticias a través de Twitter ni leer que hacen otros compañeros que como yo usan las redes para publicar y difundir, pero también para conocer la actualidad".
Lázaro enumera otras muchas cosas que hace habitualmente y que no podría hacer sin internet, como consultar su estado de cuenta o alguna operación financiera a través de la banca on line. "Tendría que desplazarme hasta la sucursal -dice-, pero tampoco solucionaría nada, porque en el banco también se conectan vía internet para acceder a los datos". "Si fuera un día festivo -añade el representante de Internet&Euskadi-, yo, que soy aficionado al montañismo, tampoco podría ver las fotos publicadas por un compañero, ni consultar la previsión meteorológica en tiempo real. Me tendría que conformar con el pronóstico que hubieran publicado los periódicos, que está bien, pero no es una información tan específica o especializada como la que puedes encontrar en internet".
Otro aspecto importante de internet para Iñaki Lázaro es su utilización en la enseñanza y para la búsqueda de empleo y cursos. Recalca que muchas actividades de e-learning quedarían paralizadas y los alumnos no presenciales solo podrían trabajar con los materiales que ya se hubieran descargado, pero no podrían acceder a blogs ni a nuevo material didáctico. "Y muchas personas que necesitan consultar páginas oficiales y de organismos públicos tendrían que desplazarse hasta las oficinas para obtener información", concluye.
economía
No se podría trabajar
El profesor Alex Rayón, ingeniero en Informática y en Organización Industrial, puntualiza que "internet no es más que una red de comunicaciones, pero un fallo afectaría a todas las organizaciones que la utilizan para transmitir información". "Hoy en día -añade- eso implicaría a toda pyme y a toda gran empresa, porque ya hasta la más pequeña aplicación contable utiliza internet. Hay muchas transacciones que no podrían ser contabilizadas, la comunicación entre empleados también ser vería cortada, toda la gestión de stocks en empresas como Eroski u otras cadenas, dejaría de estar sincronizada, no habría control sobre las unidades... Si la caída de internet es general diría que para una empresa sería prácticamente imposible operar".
Alex Rayón reconoce que la dependencia que la economía y la sociedad tienen de internet es elevada y que esa apuesta está subiendo con el fenómeno cloud o la computación en la nube. "Estamos aumentando los riesgos porque dependemos cada vez más de la conexión a internet, pero yo siempre digo que esto es como en las finanzas, la rentabilidad va de la mano del riesgo. Es más rentable tener todo en la nube, pero también es más arriesgado", explica el profesor de la Universidad de Deusto.
enseñanza
Más interactivo y dinámico
Desde el punto de vista del docente, Alex Rayón opina que una caída de internet supondría una alteración sustancial de los métodos que utiliza. "Yo creo que afectaría al proceso didáctico, no sería tanto un problema de gestión como de forma de enseñar, porque frente a la pizarra y al método expositivo tradicional esto es más interactivo y más dinámico", afirma.
"Con mis alumnos y durante las clases yo utilizo mucho los dispositivos móviles, el acceso a la web, por eso para mí es inviable no tener internet", apunta Alex Rayón antes de explicar que también usa las redes sociales para trabajar con los alumnos "porque ellos están familiarizados con eso". Puntualiza que "han nacido en este ecosistema de redes sociales, y eso me ha hecho a mi moverme hacia aquello con lo que ellos están familiarizados para facilitar el proceso de enseñanza".
Rayón dice que en la Universidad también hay voces críticas hacia internet, porque "cada vez que empieza el curso hay alguien que no ve el valor de algunas herramientas", pero no cree que haya dos bandos enfrentados, unos a favor y otros en contra de la Red, sino que "hay enseñantes que no le ven a internet todo su valor". "Estamos -dice- los que hacemos un uso intensivo, porque ahorra tiempo, automatiza tareas..., pero también hay quien no ve cómo se puede hacer todo eso".
comunicación
Problemas para relacionarse
Nacho de Pinedo destaca que actualmente la penetración del comercio electrónico en el Estado español alcanza el 27%, de forma que "esa gente que además de estar conectada hace transacciones, no podría hacerlas". A eso se suma que En "hay también un 27% de empresas con web y conectadas a internet, que tampoco podrían operar. Y como estamos en torno a 10.000 millones de euros de facturación en comercio electrónico, una parte importante de ese volumen se perdería". Eso forma parte del panorama que pinta el responsable de ISDI si nos quedáramos un día sin internet. Pero hay mucho más.
"A nivel de comunicaciones sería un día prácticamente vacío -explica Pinedo-, no recibiríamos emails ni podríamos mandarlos, no podríamos entrar en las redes sociales para ver qué está haciendo la gente o qué temas y opiniones hay colgados. A nivel de información se complicaría la cosa porque no podríamos acceder a la mayoría de los medios, ni a los blogs o a Twitter, que es el gran difusor de información de nuestros tiempos. No podríamos contratar un avión, ni un tren, ni un hotel. No podríamos comparar precios entre los diferentes establecimientos ni acudir a los especialistas y terminaríamos, como cuando éramos borregos analógicos, en las tiendas donde pensamos que hay un poco de todo".
"¿Qué más no podríamos hacer?", se pregunta. "Pues no podríamos usar el buscador de Google y, por ejemplo, un niño que tuviera que hacer un trabajo tendría que recurrir a esas enciclopedias que ocupaban bibliotecas enteras para poder sacar una información como el año de la batalla del Guadalete. Esa información, que ahora la tiene a un clic de distancia, le podría costar varias horas".
Nacho de Pinedo no piensa que nos hayamos creado una "dependencia excesiva" de internet. Opina que "es exactamente la misma excesiva dependencia que tenemos de la electricidad". "Es lo que tiene el progreso, nos trae grandes cosas, pero nos hace acostumbrarnos a ellas. El futuro inmediato no se pinta sin internet, pero tampoco sin electricidad. Creo que no puede existir un futuro sin internet, pero lo que veremos de aquí en adelante serán mejoras y que alcanza un poder mayor", concluye.