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Euskaltel cabalga hacia el Giro

El italiano Cavallo, exdirector del Vitalicio y el T-Mobile, guiará a Antón en Italia

Euskaltel cabalga hacia el GiroFundación Euskadi

bilbao. Domenico Cavallo, 50 años, de Fossano, Piamonte, fue ciclista en los 80 del Zor, el Ariostea y el Isoglass y dirigió después a equipos aficionados en Italia, al Vitalicio Seguros en sus dos años de existencia, 1999 y 2000, y al T-Mobile otros dos años más antes de que la desdicha le apartara del ciclismo. Su hija murió en un grave accidente de tráfico y la tragedia sumió al italiano en un periodo largo y triste de ostracismo. Casi una década después de aquel drama, Igor González de Galdeano, quien siempre mantuvo viva la amistad cultivada en el Vitalicio, ha llamado a Cavallo y le ha convencido para que ayude a Euskaltel-Euskadi en su regreso al Giro de Italia, un universo enormemente complejo que al equipo naranja, ausente los tres últimos años, le es extraño.

"Necesitábamos a alguien como Domenico", reconoció ayer Galdeano a DEIA; "es un buen director que conoce perfectamente el ciclismo italiano y su ayuda nos va a venir muy bien". Cavallo debutará con Euskaltel la próxima semana en la Tirreno-Adriático. Otro director, este de casa, de Algorta, Iñigo Urretxua, que prepara y guía junto a Aritz Arberas al Naturgas Energía aficionado, hará su debut profesional este domingo en la París-Niza, junto a Gorka Gerrikagoitia.

El fichaje de Cavallo es indicativo de la enorme trascendencia que el Giro tiene para Euskaltel pese a la prudencia con la que los responsables del equipo vasco cargan sus mensajes. Mensajes que buscan liberar de la presión, tan maligna, a Igor Antón, el escalador vizcaino que después de debutar ayer en la Vuelta a Murcia -la etapa, muy intensa, acabó al sprint con victoria de Michael Matthews; Aitor Galdos fue cuarto y Egoitz García, ambos del Caja Rural, noveno- afronta hoy su primer gran test en la montaña. Se sube Collado Bermejo, de primera, en el que se espera a Contador.

Hace unos días, Antón, que se lo toma con calma porque sabe que para llegar con opciones a Italia y su terrorífica tercera semana debe medir bien los esfuerzos, viajó al laboratorio del biomecánico Juan García López, en la Universidad de León, donde se le hicieron los últimos ajustes en la cala izquierda para que recuperase definitivamente su posición anterior a la caída en El Cordal en la Vuelta de 2008 -allí se rompió el trocánter de la cadera y el equilibrio de su pedaleo-. "Ahora solo hay un desajuste en favor de la pierna derecha del 5%, que se considera aceptable. Aquel problema está zanjado". Antón pedalea ahora como cuando hace seis años, en 2005, antes de debutar como profesional, le conoció García López. "Su pedaleo siempre fue como el de ahora: de punteo con el tobillo". Algo heterodoxo, menos efectivo sentado, en llano y a intensidades bajas, en torno a los 200 watios. "A intensidades altas, en montaña e incluso en la crono, la cosa cambia y ese movimiento se vuelve eficaz". Hubo un tiempo en el que intentaron reeducarle los pies. Pero fue un trabajo frustrante porque no lo asimilaba. "Era imposible hacer nada. Intentabas que moviese el tobillo, y el cuerpo reaccionaba y se protegía. Se ponía aún más en punta. Así que desistimos". También trató de corregir su tendencia a sacar las rodillas, sobre todo la izquierda, aspecto que trabajó lo indecible en sus primeros años colocando un corcho a cada lado del cuadro. "Ese gesto lo hace ahora en la fase de descarga, por lo que no influye para nada. Antón no es eficiente, pero sí eficaz, como Messi, en las condiciones que se le pide que rinda, la montaña".

Hoy, por ejemplo, en Collado Bermejo, su primer gran puerto en su cabalgada hacia el Giro, la Italia de Cavallo.