SAMSARA es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación (renacimiento en el budismo) en las tradiciones filosóficas de la India; en el hinduismo, budismo, jainismo, bön, sijismo y también en otras como el gnosticismo, los rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas del mundo. Es, también, el título de la película proyectada ayer en el Salon Indautxu, tierra sagrada del cineclub FAS que preside Txaro Landa. Una de esas películas de contemplación que ha dirigido el gallego Lois Patiño, guionista de la historia junto a Garbiñe Ortega, con música de Xabier Erkizia. La historia es sorprendente e insólita. Comienza en negro y de repente aparece en Laos. Allí, en los templos budistas de Luang Prabang conviven decenas de adolescentes. Uno de estos chicos lee el Bardo Thödol a una anciana, un texto que debe leerse a las personas antes de fallecer, el libro de los muertos tibetanos que sirve como guía para orientarse en el más allá. La anciana fallece y acompañamos a su espíritu por una travesía sensorial hasta reencarnarse en su siguiente cuerpo: un cabrito de un pueblo costero de Tanzania, donde crecerá acompañado de una familia de pescadores. Quien contempla la película ha de hacer el esfuerzo de acompañar y de sumergirse en un mundo invisible. Si lo consiguen, lo celebran. Pero es un ejercicio de valentia: su rodaje y su contemplación.
La película fue acreedora del premio especial del jurado en el Festival de Berlín de 2023 y está revestida de una fotografía portentosa, en una suerte de documental, si me lo permiten decir así. Testigos de todo cuanto les cuento fueron Txarly Otaola (su hermana, Kontxi Otaola, acudió armada con una cámara de fotografiar...), Norberto Albóniga, memorión del FAS y capaz de recordar, casi, el título de cada película y en qué fecha se ha proyectado en el cineclub; David Ontoria, Faustino Panduro, Olga Vaha, la más madrugadora en la tarde; Aurelio Gutiérrez; el cineasta y escritor Toni Garzón, Joaquín Ponte, Jorge Barrios, Inés Alonso, expectante por la rareza prometida; gente joven como Saioa Arregi, Ana Laskurain y la artista Gaëlle Rocher;
Marije Murguía Anzuola, vicepresidenta del FAS; María Begoña Vázquez Eguskiza, Izaskun Madariaga, José Luis Hernández, Lorenzo Damián García, encargado de presentar la película, María Agirre, Mila Trueba, María Benito y un puñado de gente más, interesada por la contemplación de esta historia onírica.
Hubo una concurrencia fluida. A la cita no faltaron, además de los citados, Enrique Vara, Marisa Talayero, Estela Villoth, Carmen Etxebarria, José María Bilbao, María Jesús García. Alazne Marin, Jokin Arriaga, María Luisa Goikoetxea, Miren Amestoy y gente dispuesta a sumergirse en un mundo tan íntimo que se diría que sobrecoge durante las casi dos horas de proyección en la que, por un momento, piden al público que cierre los ojos para dejarse llevar.