Ser diferente es algo común, con lo que no tiene ni lógica ni sentido mirarlas una y otra vez sin verlas. Les hablo de las personas con una discapacidad a las que mucha otra gente contemplan como si fuesen una rareza, equivocándose en su percepción. No en vano, recordemos que la discapacidad forma parte de la condición humana y que todos, en algún momento de nuestras vidas, podemos experimentar algún tipo de discapacidad, aunque sea temporal. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.000 millones de personas tienen alguna forma de discapacidad, esto es el 15% de la población mundial. Por lo que son la minoría más amplia del mundo.

Más grave aún, la OMS calcula que esa cifra aumentará en los próximos años debido al envejecimiento de la población. A pesar de estas elevadas cifras, son pocos los países los que tienen acuerdos, ayudas o que protegen a este colectivo. La crisis provocada por la pandemia del covid-19 ha agravado las desigualdades existentes y ha puesto de manifiesto el grado de exclusión y la necesidad imperiosa de incluir a las personas con discapacidad en nuestro mundo.

Descrita la dolorosa e incómoda realidad, recordemos que cada año la ONU establece un lema de campaña para concienciar a todo el mundo sobre los problemas que enfrentan las personas con discapacidad. En el 2020 el lema fue Un día para todos, mientras que el lema de este año 2021 es No todas las discapacidades son visibles. Esta campaña tiene como objetivo crear conciencia sobre las discapacidades que no son visibles físicamente, pero que tienen un impacto en la vida de las personas. Esto incluye enfermedades mentales, diferencias de aprendizaje, dolor crónico y deficiencias visuales o auditivas, entre otros.

Ayer celebró este 3 de diciembre Fekoor, la federación coordinadora de personas con discapacidad fícica y/u orgánica de Bizkaia que preside Iñaki Ramos y dirige Juan Carlos Sola con el empuje de la junta directiva formada por Alfredo Gómez, Serafín Iglesias, Antonia Gamero, María Eugenia Ibero, Marcelino Fernández. María Ángeles Lara y José Antonio Espinosa con el lanzamiento de una campaña de sensibilización organizada bajo el lema No seas cabeza cono, enfocada en la idea de hacer pedagogía social para evitar que el entorno se convierta en discapacitante. Todo ello tuvo lugar en Azkuna Zentroa, donde se proyectaron seis vídeos de 20 segundos que denuncian microconimos (negarse a instalar un ascensor, el rechazo a mejorar el acceso a un local comercial o la ocupación de una plaza de aparcamiento reservada, por citar algunos de ellos...) o la concesión de los premios Fekoor Sariak Vida Independiente 2021 a los atletas paralímpicos Iker Sastre e Higinio Rivero (ambos participaron en los Juegos Paralímpicos de Tokio y obtuvieron sendos diplomas por sus actuaciones en tenis de mesa y piragüismo...), todo ello ilustrado por los gags de la clown Virginia Imaz bajo la dirección de la presentadora, Gurutze Beitia.

A semejante cita con la sensibilización acudieron la presidenta de la Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui; el diputado foral de Acción Social, Sergio Murillo, Asier Alustiza, Alfonso Gil, Inés Ibáñez de Maeztu, adjunta al Ararteko; Gabriel Rodrigo, Yolanda Díez, Bruna Zubizarreta, Janire Ocio, Nerea Melgosa, Jane Eyre Urkieta, David Latxaga, Alejandro Martínez, Luis Urrutia, Miren Garay, Igone Lejarza, Sara Santacoloma, Ana Osuna, Luis García Saiz, Iñaki Blanco, Olga Mateos, Alfonso Martínez y otra mucha gente entregada a la construcción -a la reeconstrucción, si se quiere decir así...- de una vida fecunda y fértil, una vida que no se conforma con lo que hay y que bien sabe que la medida de la dificultad es la medida de la capacidad de cada uno.