AS imaginaciones de cada cual tienen su aquel: son capaces de crear universos propios. Y lo mismo, de repente, a quien se topa con ellos les parecen una locura que, como es el caso, cobran vida y lucen en todo su esplendor. Es lo que ocurría con ese mundo chiripitifláutico que bullía en el interior de Juan Carlos Eguillor, un artista gráfico bilbaino que se dio el capricho, como él mismo decía, de nacer en Donosti. El padre de Miss Martiartu o Mary Aguirre, el autor del primer cartel de Aste Nagusia, el historietista que dibujó para un puñado de publicaciones, libros infantiles y allá donde le pidiesen fue, también uno de los pilares de la histórica Euskadi Sioux, que sólo sacó a la calle siete números en 1979, pero dejó una impronta indeleble de una forma de concebir el humor, irreverente y revolucionario. Dejó huella.

Se cumplen este año diez desde que Juan Carlos se fue de este mundo, quien sabe si no a uno de sus paraísos imaginarios. No parece coincidencia, por tanto, que ayer mismo se presentase en el Museo de Bellas Artes de Bilbao del libro Agur amante, un recopilatorio de parte de la obra de Juan Carlos. Se ha encargado de la cosecha Garikoitz Fraga, de la editorial Belleza Infinita, y le puso voz ayer el cineasta Borja Cobeaga, a la sazón sobrino de Juan Carlos. El propio Garikoitz se encargó de recordar que el cómic entraba en el Museo de Bellas Artes por primera vez. "Hasa hace no mucho", recordó, "se centraban historietas para niños, como propaganda bélica o con aires eróticos".

La presentación del libro tuvo la fuerza de una piedra imán. Acompañaban a la puesta de largo del libro una buena representación de la familia, compuesta por Begoña Artiach Eguillor, Begoña Eguillor, María Feijóo Eguillor, María José Eguillor, Marta Artiach Eguillor y Sofía Feijóo Eguillor; además de admiradores y amistades del artista. Entre ellos se encontraban Julián Presa, Neo; José Antonio Nielfa, La Otxoa, Amaia Echevarría, el presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Ricardo Franco Vicario, Concha Arizaga,; el artista de vuelo internacional (ha expuesto en Miami más de una vez...), Ignacio Goitia; la ilustradora Josune Urrutia; Luis Eguiraun, Maitena García e Inés Intxausti, miembros de Zinebi que se sumaron a la presentación; la investigadora cultural María Ptqk, Ramón Churruca., Nerea Terán, Alicia Fernández, siempre alrededor del arte por sus cuatro esquinas, Elena Ogiza, de Seattle, Yolanda Bernar, Terese de Gaztelu, Lucía Janto, Ruth Olabarri, Marino Montero, feligrés entusiasta de Eguillor desde que firmase el primer cartel de Aste Nagusia; Asun Atxutegi, José Ángel Lasa; la artista Abigail Lazkoz y una buena nómina de gente interesada en el mundo particular y extraordinario que dibujó Juan Carlos.

Fue un incesante ir y venir de gente cercana. Al encuentro no faltaron Alberto Ruiz de Azua; gente de la farándula como Nati Ortiz de Zarate y Antton Bastero, uno de los mayores titiriteros del reino que hoy rueda series para Netflix (ambos ultiman unos paseos teatralizados por Bilbao que darán que hablar...); Mikel Toral, Onintza Lobo, Ruth Olabarri, Rosa Orrantia, Pablo Salgado, Txelu Torres, Vicky Portuondo, Monika Díez, Arantza Isasi, Mikel Madariaga, Pilar de Andrés, Paloma Aristegi, Andrea Botero, Laura Eguiluz, Beñat Arginzoniz, María Bengoa, Marta Regulón, Lorea Oar, Isabel Valles, Iñigo Fernánez de Nogaro, Fermin Etxegoien, Iban Gaztanbide , Carmelo Pérez, Oscar López, Mila Ortún y así toda una buena corte de seguidores que disfrutaron con el libro y con el encuentro con el cómic entre las cuatro paredes de un museo, un sueño largo tiempo perseguido por Luis Gasca, impulsor de Eguillor y de tantos otros. Luis falleció hace unos meses y la celebración de ayer puede considerarse, si se desea, como un sueño póstumo cumplido.

El Museo de Bellas Artes abre su puerta al cómic con la presentación del libro 'Agur, amante', en recuerdo a Juan Carlos Eguillor

La obra acoge un recopilatorio de los trabajos de Eguillor, a quien ya se le considera un artista pop en su género