IBA a escribir que la poesía es el Tiranosaurus Rex de la literatura, casi un género prehistórico, pero me detuve. El viejo amigo que se me fue, que se nos fue a tantos cuantos le quisimos, Eduardo Rodrigálvarez, se hubiese puesto en pie para reprochármelo. No en vano, aquella calva que ahora se hace calavera acogía, con grandeza y esa sabiduría que emana de la templanza, mucho conocimiento literario. Fue el primer director de la revista Zurgai y fundador del colectivo Poetas por su Pueblo. Guardo como un tesoro aquella noche compartida con su inglés horribilis, una langosta de buen parecer y una cena inolvidable, mano a mano, sobre el Bósforo, allá en Estambul, tierra que pisaba el Athletic cuando jugaba en la Champions League. Esa y otras más compartidas. A Eduardo, catedrático en la hombría de bien, periodista del Athletic (es un grado, no lo nieguen...) y poeta, no podía llamarle cavernícola. Hubiese sido toda una descortesía con alguien que ha pasado por la vida con tanta elegancia.

Además, la vigésima edición del encuentro de Bilbao con los versos, BilbaoPoesía, citó en la biblioteca de Bidebarrieta para ayer a varias voces femeninas jóvenes, que han ganado popularidad y prestigio literario en los últimos años. Casi todas ellas, lo han logrado de la mano de la editorial La Bella Varsovia, que celebra estos días su decimoquinto cumpleaños. El acto reunió a la cordobesas Elena Medel, a la poeta madrileña María Martínez Bautista, y a las navarras, Irati Iturritza y Beatriz Chivite, esta última premio de Poesía Blas de Otero 2016. Todas ellas, nacidas en la segunda mitad de los 80 o en los 90, representan a una nueva generación de poetas. Y traen consigo, en su juventud, la regeneración de los versos.

paneles y mucho nombre suelto Coincidiendo con esta vigésima edición de BilbaoPoesía, el Ayuntamiento ha programado además una exposición retrospectiva de estos años, con fotografías y textos de algunas de las autoras y autores más representativos que han pasado por el festival a lo largo de estas dos décadas, entre otros nombres: Adonis, Ángel González, José Manuel Caballero Bonald, María Victoria Atencia, Chantal Maillard o Miren Agur Meabe. A esa nómina hay que añadir mucho nombre suelto que ayer se acercó a la biblioteca. Entre ellos se encontraban Begoña Medel, Bernat Vidal, artesano y presidente de Arbaso; Aurora Amaya, Mari Carmen Gómez, la joven Mar Molina junto a su padre, Manuel Molina; Juan Manuel Armas, Jenifer Muñoz, Lamine Diaduara, María Lidia Expósito, María Isabel Ortiz del Río, Mónica Gaztelu, Virginia Aladero, Federico Mendicuti, Almudena Iturriaga, Jon Kortazar, Jon Eguizabal, Elisa Alaya, Itxaso Olabarria, Antón Gutiérrez, Izaskun Mendizabal, Itxaso Ortega, Ainhoa Fernández, José María Alonso, Fernando García y otra mucha gente amantes de una poesía que se regenera. Y yo, poniéndoles taparrabos. ¡Ignorante de mí!