- “La danza es el lenguaje oculto del alma”. Con esta frase definió la bailarina neoyorquina Martha Graham la expresión artística en la que la música y el cuerpo son los principales canales para transmitir un mensaje o generar diversas sensaciones sobre la persona receptora. Para muchas personas, el baile es una manera para conectar, un método de abstracción del mundo exterior y, por suerte, hay muchas personas e incluso academias en la que la gente interesada puede aprender diferentes métodos para retransmitir este tipo de emociones. Lamentablemente, la crisis desatada por la pandemia del coronavirus ha provocado que muchas de estas escuelas hayan tenido que echar el cierre temporalmente dada la prohibición de salir a la calle y crear aglomeraciones de personas. No obstante, el personal de la Escuela de Ballet de Zamudio ha encontrado la manera de seguir ofreciendo a su alumnado la oportunidad se continuar su aprendizaje.

Desde esta semana, cerca de 15 niños y niñas de entre cuatro y once años se conectan cuatro días a la semana por medio de la plataforma Hangouts para seguir recibiendo las clases de su profesora Patricia. “Estamos empezando y la verdad es que está resultando un poco caótico. Hay que tiene problemas para conectarse, pero poco a poco ya nos estamos amoldando”, admitía. Frente a la dificultad de coordinar las clases de 15 personas de manera telemática, la organización ha decidido separar las escuelas en dos grupos dependiendo la edad. El primero de ellos disfruta aprendiendo esta prestigiosa modalidad entre las 17.30 y as 18.00 horas, mientras que el segundo, formado por personas de mayor edad, cursa sus clases a partir de las 18.00 y con una duración de entre media hora y una hora.

Según Patricia, los cursos on line están teniendo una gran acogida por arte del alumnado: “Lo que yo veo desde el otro lado de la pantalla es que llegan a las clases muy emocionados y motivados. Se visten, preparan todo de manera adecuada y es casi como si estuviéramos en una clase presencial. Por otro lado, es muy importante que en esta época en la que tienen que pasar tanto tiempo en casa se establezcan algunos horarios que cumplir y, además lo hagan divirtiéndose y realizando una importante actividad física”.

Más atentos

Por otro lado, la profesora admitió que las clases telemáticas tienen otras ventajas para el alumnado y quienes imparten los cursos. “Está bien porque esto obliga a los bailarines y a las bailarinas a estar más atentos. En las clases presenciales te pueden preguntar mejor las dudas y pueden seguir a los de al lado, así como ser corregidos individualmente. De esta manera prestan una mayor atención para no perderse y encima pueden verse en la pantalla mientras bailan y detectar los errores que puedan cometer”, indicó Patricia.

A la vista está que los pequeños de Zamudio que sientan una especial devoción por el baile y por el ballet, tienen la oportunidad de seguir practicándolo durante esta extraña época en la que el tiempo libre ocupa la gran parte del día, mientras que la ciudadanía tira de imaginación pensando diferentes planes para pasar un rato lo más entretenido.