Erandio - “Soy el friki que va con el libro en el metro, aunque sea gordo. Soy muy radical, para mí la única lectura que hay es en papel”. Esta frase es parte del prólogo de presentación de Raúl Juárez, un apasionado de la lectura y también de la escritura. Él es la firma que está detrás de Los libros del Eco, una sección de críticas literarias en el grupo de Facebook Eco de Erandio. Pero la obra de Raúl tiene otro giro y es que él también es el presidente del Judo Club Erandio. “Los valores de este deporte son muy buenos; yo, además, intento educar mucho, me involucro con cada persona”, asegura este erandioztarra. Esta frase también es, por lo tanto, parte de su presentación.

Los libros del Eco es ese reducto de las redes sociales en el que se habla, más bien se escribe, sobre novelas. Los grupos que hay Facebook dedicados a los municipios son un nexo de unión vecinal en los que suele haber incontables tirones de orejas a los ayuntamientos, en los que se pregunta si alguien ha encontrado algún objeto perdido? Pero este grupo de Erandio cuenta, encima, con una tribuna literaria, gracias a Raúl. “Llevaba tiempo pensando en hacer un blog, pero como estoy metido en mil fregaos? Y un día se me ocurrió preguntarle a Gaizka Azkarate, que es el que se encarga del Eco de Erandio, y me dijo que le parecía bien y así empezó todo”, rememora este vecino que también ha publicado ya su propio libro: Midania y que está trabajando en el segundo. En su espacio crítico avanza ya por el capítulo IV, que recae en Venganza en Sevilla, de Matilde Asensi. “Según voy leyendo un libro y lo acabo, hago la crítica. Empecé con una trilogía que se titula La mano izquierda de Dios. Luego hice de Origen, de Dan Brown, y ahora estoy con otra trilogía, de Matilde Asensi, que ya voy por el tercer libro”, resume Raúl. “Busco que la gente se interese por la lectura o si puedo ayudar a alguien a escoger algún libro, perfecto, o incluso abrir debate que también me gusta la polémica”, añade. De momento, está contento por la acogida que está teniendo su iniciativa. “La gente está reaccionando sorprendentemente bien”, agradece.

Así que este es un episodio más en la vida entre letras de Raúl. “Desde pequeñito me ha gustado muchísimo leer; empecé con cómics y sigo con ellos, pero los libros me encantan. Soy bastante apasionado. Los viajes en el metro ayudan mucho a leer, igual si no viajara tanto, no leería como lo hago. Y tengo bastantes libros, pero desde hace un tiempo leo los de la biblioteca. He cogido esa costumbre que antes no tenía”, comenta este erandioztarra que no se encorseta en ningún género. “Leo de todo. Me da igual policiaco, de ciencia ficción? Leí Patria y luego me puse con Harry Potter y los dos, a su manera, me gustaron. No tengo género preferido ni tampoco autores, aunque sí puedo decir que me gusta Matilde Asensi, bastante Ken Follet y también Pérez-Reverte? Pero no tengo favoritos y no soy de los de: Voy a leer todos los libros de Fulanito”, admite.

Y llegó el día en el que Raúl decidió escribir su propio libro. “Otro fregao”, como él dice. “Fui con mis hijos al Arriaga a ver una obra de teatro de Geronimo Stilton y al verla, di vueltas a la cabeza pensando en que con una idea simple se puede hacer una historia. Y ya a mí se me empezó a ocurrir algo? Al final, autoedité mi libro, que es para chavales. Es de fantasía y ciencia ficción, hay autobiografía, personajes basados en mis amigos y familia?”, cuenta.

Las otras tramas vitales de Raúl tienen que ver con el judo. “Soy el propietario de un gimnasio y dentro de él está Judo Club Erandio, del que soy presidente”, aclara. Unos 60 alumnos, entre adultos y niños, aprenden allí las técnicas y los valores de esta disciplina. “La competición no es nuestro objetivo, pero aunque somos un club modesto, hemos conseguido buenos resultados, sobre todo con las chicas, y eso que tenemos a pocas”, destaca este erandioztarra, que además, da clases en el colegio público de Romo, “que es de los pocos colegios en los que el judo es el deporte rey: hay más judocas que futbolistas”, desvela feliz con su trabajo, lo que es el mejor prólogo posible para su historia.