Es uno de los búnkeres que se salvó del bombardeo de Gernika del 26 de abril de 1937. Y que décadas después ha podido ser recuperado y reabierto no solo a las visitas, sino también incluso a exposiciones o actos culturales. Es por ello que, tras conocer que se situación no es la más idónea, el Ayuntamiento de Gernika-Lumo proyecta “envolver” la infraestructura para garantizar una mejor conservación de cara al futuro.Ha sido el alcalde gernikarra, José María Gorroño, quien esta misma semana y en un pleno municipal ha dado a conocer algunos pormenores del plan. “Tenemos un proyecto que nos ha refrendado lo que sabíamos: que el búnker sufre de humedades y que su situación no es la más idónea”, remarcó. Es por ello que ya está puesto en marcha un plan de choque para cubrir la infraestructura. “Además del búnker, acogería una superficie mayor. Un espacio de unos 200 metros cuadrados, en la misma zona en la que se ubica”, frente a las instalaciones culturales de Astra, según afirmó. En un principio, y pese a que no conoce cual será su coste, la administración local prevé “llevar a cabo este mismo ejercicio las obras, para que pueda ser abierto” para la siguiente conmemoración del bombardeo, en abril de 2022. “Es uno de los pocos vestigios del Gernika de antes del bombardeo, y queremos mantenerlo en las mejores condiciones. No solo porque es un edificio bajo protección, también porque es parte de nuestro patrimonio”, citó el primer edil.

La administración gernikarra tuvo conocimiento del estado del búnker “cuando íbamos a celebrar la exposición sobre Auschwitz -organizada por el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau-”, abundó Gorroño. Es entonces cuando se dieron cuenta no solo de las deficiencias que presenta la infraestructura, sino también “de los problemas que puede generar a cualquier exposición que deseemos organizar ahí”. El contar con una superficie mayor y bajo cubierto, además, permitirá llevar a cabo actividades culturales con una mayor comodidad.