El subsuelo sobre el que se asientan las localidades de Busturialdea y Lea Artibai se asemeja a un queso gruyere por la importante cantidad de grutas que lo recorren. De ello bien saben los espeleólogos de Ades, la agrupación de Gernika-Lumo, que lleva más de 40 años auscultando las cavidades. Con tantos años de actividad y tanta insistencia, no es raro que de vez en cuando den con algún hallazgo. Y, en este último caso, la sorpresa ha sido mayúscula: han encontrado en Amoroto una nueva cueva, hasta ahora no catalogada, que dispone de huellas paleontológicas y arqueológicas. Siguiendo los protocolos establecidos, los especialistas subterráneos han dado aviso a la Diputación Foral de Bizkaia, que será la encargada de llevar a cabo las investigaciones pertinentes.

MG-12 ha sido el código que han dado a la cavidad desde Ades, que por prudencia prefieren no dar todavía ninguna pista sobre las coordenadas de ubicación de la cueva amorototarra. "Es una nueva cueva que hasta ahora no se conocía, y en el transcurso de la exploración, identificamos huellas paleontológicas y arqueológicas notables", señalaron. Más en concreto, y en lo referente a los restos paleontológicos, "se han hallado marcas destacadas" sobre las rocas, de grandes dimensiones. "Están en diferentes puntos de la cueva, y parece que podrían haber sido realizadas por grandes mamíferos", como podría ser el caso de osos de las cavernas (ursus spaleus), una de las especies de osos prehistóricos más conocidos. Extintos hace miles de años, estos ejemplares habitaron Europa durante el Pleistoceno. De hecho, no eran ajenos a Euskadi, donde en varias cuevas (Gasteluko Koba, en Deba; Uribe Arruako lezia, en Eskoriatza; Lezetxiki, en Arrasate...), sobre todo se ha hallado su presencia en suelo gipuzcoano.

En cuanto a las huellas arqueológicas detectadas por Ades en la cavidad de Amoroto recién descubierta, los especialistas han asegurado haberse topado con una calavera humana, "con una presentación no habitual -calavera a la vista, los huesos de la cara enterrados y ningún otro resto más en el lugar-". Siguiendo el protocolo, "no hemos realizado ningún tipo de excavación ni hemos recogido ninguna muestra. Por el contrario, hemos procedido a documentar el lugar mediante fotos, y hemos tomado las medidas necesarias para mantener en un estado correcto" los hallazgos realizados. El hallazgo ha sido calificado por Ades como una sorpresa, si bien es el indudable fruto de su trabajo, que se extiende durante 40 años en las comarcas de Busturialdea y Lea Artibai, y que ha arrojado también otros descubrimientos destacados en el pasado.

En manos de la Diputación

Terminado el trabajo de los especialistas subterráneos, ahora llega el momento de los técnicos de las instituciones. Los hallazgos realizados quedan ahora en manos de la Diputación Foral de Bizkaia, que es la encargada de registrar -en manos del Museo Arqueológico de Bilbao- e investigar y, en caso de que las huellas del pasado fueran destacadas, lo encontrado. Precisamente, Ades les ha dejado en un informe que registra todas las actuaciones que han llevado a cabo manos forales. De la misma forma, el yacimiento se catalogará en la base de datos de Patrimonio Cultural del Gobierno vasco. Además, quedará abierto a las solicitudes de los investigadores que tengan interés en conocer más a fondo la historia de la cavidad.