gernika - Hijos e hijas de Bizkaia, escuchad la llamada de la madre tierra cuyo irrintzi se escuchó ayer en las calles, allá en el Último Lunes de Gernika, donde la naturaleza acostumbra a exhibirse en todo su esplendor. Más de cien mil visitantes -110.000 aseguran las gentes del recuento...- recorrieron los 310 puestos desplegados, donde el queso, el txakoli, la miel y el muy variopinto despliegue de frutos del campo, donde las alubias relucen como lo hacían las pepitas de oro en el cauce del viejo Mississippi, mostraban su mejores galas. Por esa alameda de puestos la gente iban saludándose, brindando al son del txakoli y la sidra, arremolinándose en torno a las catas gratuitas y llenando la cesta de la compra como antaño se hacía a diario, cuando el imperio del aire libre gobernaba sobre la tierra de supermercados y otras grandes superficies.

Desde las calabazas que florecen en los alrededores de Halloween hasta los bertsos que ponen son al día, pasando por curiosidades como las salinas de Leniz, que hermanan el chocolate con la sal, la japonesa Fukiko que se paseó por Artekale ataviada con su kimono y los realizadores de Bolivia y Colombia que acudieron a filmar un documental sobre “este día grande”. Todo sucedió en un día floreado y luminoso en el que brilló el oro de Gernika, se cotizó a 6.600 euros el queso de Aguiñaga en el Wall Street de Gernika para viajar hacia Navarra, a las tierras de Pacharán Zoco por la gracia del subastador Marko, que provocó a los emisarios de Melbourne (Australia) que llegaron en nombre del restaurante Franche Soir para darle relumbrón a la puja. Al tiempo, el reinado de los grandes concineros vizcainos regalaron la talla de un Guernica de Picasso en madera firmado por todos ellos a Joseba Uribarri, el hombre que ha dejado huella del sindicato Ehne en Gernika durante 32 años. Lo hicieron en un ambiente distendido, tanto que Beñat Ormaetxea desató un hatillo de carcajadas cuando le recordó a Jofre Retxe que era un hombre de Leza, “con mucho pelo en las pelot... pero menos en la cabeza” A esas alturas del día, imaginarán, ya iba mucha visita cursada a los puestos. Dieron continuidad a la cita en un almuerzo cachazudo y cachondón en el restaurante Zallo de Gernika, todo un clásico, muchos de los cocineros firmantes del veredicto del mejor queso entre los que se encontraban Josemi Olazabalaga (Restaurante Aizian), Zigor Iturrieta del programa Txoriene de ETB1; el ya citado Jofre (Restaurante Zarate), Daniel García (Restaurante Zortziko), Iñigo Ordorika (Restaurante Zallo Barri), Neskutz Aranzabal (Restaurante Zallo Barri), Ricardo Perez (Restaurante Yandiola), Sergio Ortiz De Zarate (Restaurante Zarate), Txemi Arrizabalaga (Restaurante Aisia), y la enóloga Ana Martín entre otros.

Más allá de la alubia de variedad tolosana, su Majestad de Gernika, en los puestos se vieron picantes pimientos del Perú y calabazas blancas como la luna llena; manzanas con roña, tan apreciadas, y el ciento clásico de pimientos, cuatro o cinco puestos más allá del pastel vasco y otros tantos a la izquierda del puesto donde Oxer Bastegieta, sacaba pecho: no en vano, es el único productor que elabora vino con las dos D.O. más cercanas: Bizkaiko Txakolina y Rioja Alavesa.

Fue hermoso ver reverdedecer a Gernika en su día más señalado. La maquinaria agrícola se repartía entre las calle San Juan y la travesía de Juan Calzada, más próxima a la plaza de Saraspe. Los puestos de artesanía lucían como nunca y el gentío celebraba el alegre día de los veintitantos grados centígrados. Llegado al mediodía, el jurado ya tenía ventilada su decisión. Digamos que en el concurso organizado por el Ayuntamiento, Goreko de Mungia obtuvo el primer premio en el apartado de hortalizas, mientras que Itziar Etxebarria, de Gatika, se impuso en el capítulo de frutas, y Ortuberri de Iurreta lo hizo en asuntos de plantas y flores. “Menuda tierra esa”, comentaba una voz anónima al conocerse el veredicto.

En asunto de miel milflores, la dulce corona recayó en el productor Garikoitz Llona, mientras que en miel de brezo fue premiado Javier Larrinaga, de Kortezubi. Por su parte, las bodegas Txabarri, Butroi y Erdikoetxe obtuvieron sendos premios el txakoli blanco, rosado y tinto. “¡Todos están buenos!”, gritó una voz al saberse.

Por un lado cruzaba el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, y por otras esquina Asier Muniategi, el rey del libro y del canto. Los bertsolaris Andoni Egaña, Sebastian Lizaso y Onintza Enbeita amenizaron el día en la fuente de Mercurio. Nada parecía tener fin. Y costó que lo tuviese.