Con su última novela, Sin pasaporte (Bilbao, 1965) ha vuelto a las andadas para reclamar con la voz de sus palabras un profundo cambio social en los países del primer mundo en favor de los más desfavorecidos en general y en los desplazados por causa de la pobreza y la miseria o de los conflictos bélicos en particular que afectan de una manera inmisericorde al tercer mundo. Profesor de profesión, cuenta cuentos apasionado por inculcar valores solidarios a las nuevas generaciones, escritor de verbo directo y sentido, miembro activo de Alez Ale, ONG que acomete proyectos de desarrollo en diversos países, colaborador incansable de iniciativas culturales como el Museo Minero de cuyo patronazgo es miembro, Alberto Bargos se mete en esta nueva entrega en la piel de tres niñas que narran su experiencia vital en torno a la desesperanza y al desarraigo que supone la inmigración a nivel personal y familiar.

Adama vive en Senegal, y no entiende la razón de la marcha de su padre hacia el sur de Europa. Baasima reside en la ciudad siria de Alepo, pero debe emigrar con su familia hacia el centro del continente europeo escapando de la guerra que ha destrozado su casa. Carmen, salvadoreña, se ve en la necesidad de marchar junto a los suyos hacia América del Norte, debido a una sequía que les hace abandonar sus tierras. Las tres niñas nos cuentan en primera persona sus sentimientos, vivencias y recuerdos ante los peligros y los cambios que se dan en sus respectivas huidas hacia un futuro que creen será mejor. Pero quizá no saldrá todo como ellas piensan ...

Falacia

"Esa es una de las falacias que pretendo poner al descubierto. El norte, ese primer mundo al que pretenden llegar no es tal como lo venden. Se dan cuenta de que esto no es el Edén, no es el paraíso y que no se comporta como ellos esperan con quienes han tenido que dejar todo atrás para huir de la necesidad o para salvar la vida en un país asolado por la guerra. De hecho, las tres protagonistas en un momento de su vida adulta terminan por volver a su tierra", plantea este escritor que ya tiene publicados una docena de libros en solitario y media docena con otros autores en los que la temática solidaria es destacable.

"Me ha llamado la atención que algunas personas que han leído este libro hayan coincidido en señalar que les parece un libro muy sentimental, que parece que está escrito por una mujer en vez de por un hombre", señala este muskiztarra de pro al que además de encantarle la lectura y la escritura es un apasionado de la naturaleza, la montaña y la bicicleta con la que a diario acude a su trabajo en un centro escolar cercano a su domicilio.

"Como la mayoría de mi producción literaria es un libro muy adecuado para el público infanto juvenil, lo cual no quiere decir que el público adulto sea ajeno a la reflexión que planteo con esta obra que no es otra que entonar un ¡Basta ya! a la expoliación que lleva el mundo desarrollado sobre la riqueza de los países del tercer mundo", proclama Bargos quien sostiene que "si se pueden mover las mercancías sin problemas a través del mundo también se debieran poder mover las personas. Además, si no hubiéramos robado tanto, algo que seguimos haciendo descaradamente en el tercer mundo, otro gallo cantaría. Hay que cambiar la expoliación de materas primas y de cerebros por la inversión en esos países para romper esa espiral, esa sangría que supone para las personas y para los pueblos la inmigración de supervivencia. Lo que pasa es que eso no interesa para los que mandan hoy por lo que es importante que las nuevas generaciones asuman el mensaje de la solidaridad. Como dice un amigo mío paraguayo, hay que escribir para las niñas y los niños porque son los únicos que pueden cambiar el mundo ya que los adultos hemos demostrado que somos un auténtico fracaso, un tremendo desastre".

Publicado por la editorial sevillana Babidi-Bu, el libro de Alberto Bargos se acompaña con unas impactantes ilustraciones de la ilustradora y diseñadora gráfica guipuzcoana, Laura Chillida. "Me han encantando los cielos que ha pintado Laura, tan diferentes pero tan evocadores de cada una de las historias a las que completa", señala el escritor muskiztarra quien hasta ahora ha centrado su producción literaria temas sobre el amor a la naturaleza, los derechos humanos y la igualdad. Sin embargo, este polifacético autor ha emprendido un sorprendente viaje hacia el mundo las hierbas medicinales y que está cerca de la impresión a falta de algunas de las ilustraciones que acompañarán a la descripción e historia de diferentes hierbas y plantas, desde el muérdago al diente de León pasando por el perejil, junto con un recetario para preparar cremas e infusiones. "Es un registro muy diferente y ha surgido fruto del confinamiento", apunta.

"Si invirtiéramos en el tercer mundo, se acabaría la inmigración de supervivencia"

Escritor

"Mi obra está pensada para buscar la reflexión de un público infantil y juvenil pero también puede llegar al adulto"