Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio y la pandemia de covid-19, con sus imprevisibles pero ciertos rebrotes, que suscitan precauciones viajeras, ha puesto como remedo de los grandes desplazamientos estivales la posibilidad, nunca suficientemente ponderada, de apreciar lúdicamente la riqueza natural, paisajística, patrimonial o histórica de comarcas señeras como Meatzaldea. Una labor en la que cabe destacar la propuesta de la Ekoetxea Meatzaldea Peñas Negras: este mes de agosto ha programado -excepcionalmente por el coronavirus- tres rutas en las que apreciar distintas facetas del desarrollo minero y la huella paisajística y social que dejó tras de sí la explotación, comunal y sostenible primero y posteriormente industrial, de la "vena" de Somorrostro diseminada por los Montes de Triano ya descritos por el insigne viajero romano, Plinio el Viejo, en los años ochenta de nuestra era.Lagos artificiales en La Arboleda, laberintos pétreos en tierra ortuellarra o valles infinitos como el de Oiola se entremezclan en esta iniciativa estival -destinada al público en general y en especial familiar-, que se desarrollará todos los fines de semana de agosto, a partir de las 11.00 horas, con las medidas de seguridad sanitaria exigidas por la nueva normalidad surgida tras el estado de alarma para garantizar el disfrute sin sobresaltos de los parajes de Meatzaldea.

Una comarca que la reciente guía turística del Gobierno vasco, Euskadi. Planes de un día con más de cuarenta destinos en Bizkaia, menciona reduciéndola a uno de los cinco concejos de las antiguas Encartaciones -hoy Enkarterri- y que convierte en anécdota a lugares como el Museo de la Minería del País vasco en Abanto Zierbena o la ferrería de El Pobal en Muskiz, referentes por otra parte de la historia de la pujanza económica de la Bizkaia medieval y decimonónica. Un poco ponderado análisis publicitario que deja fuera, sin ahondar, a elementos "singulares" como la corta minera de Bodovalle, que se tragó todo el pueblo de Gallarta para alimentar a la bicha siderúrgica, al castillo de Muñatones, morada de banderizos ilustrados como el cronista Lope de Salazar autor en el siglo XV de las Bienandanzas e fortunas, o al poblado minero de La Arboleda, caldo de cultivo de importantes avances sociales en los siglos XIX y XX, que hoy damos socialmente damos por consuetudinarios, pero que en su momento propiciaron que generales llamados para la represión minera se convirtieran en adalides de justas reivindicaciones obreras.

Puede que la guía viajera de la nueva normalidad pase de tapadillo sobre estos temas y otros apéndices como la cueva de la Magdalena, catedral de los mineros en la galdamesa oquedad de Urallaga o las ruinas del Saúco o la mina Elvira y sus grafitis obreros o los muskiztarras vestigios de las ferrerías de monte en Calleja verde, pero las rutas programadas por la Ekoetxea Meatzaldea Peñas Negras son, además de una actividad apropiada para el ocio saludable, una oportunidad de conocer y de rendir homenaje al pasado sobre el que se ha cimentado buena parte del presente vizcaino y semilla del futuro expresado en la exposición permanente que en breve se inaugurará en el Parque de la minería y el Medio ambiente en el barrio de Campodiego de Abanto Zierbena. Ya atiende a los usuarios que se acercan en horario de mañana a la nueva Ekoetxea que se asoma a la corta Concha II de la mina Bodovalle.

Allí, al igual que en la Ekoetxea Peñas Negras de Ortuella -946 338 007 o a través del e-mail info.penasnegras@euskoetxea.eus - los ciudadanos, los grupos, o las familias podrán informarse de los recorridos y reservar su plaza para alguno de los grupos ofertados y que por la normativa del coronavirus se han visto reducidos a un máximo de diez personas.

El primero de los recorridos, Un viaje por el pasado minero discurre por los llamados pozos -antiguas minas inundadas-, que se encuentran en las inmediaciones de La Arboleda. Aquí se concentran gran parte de las singularidades que hicieron famosos a los Montes de Triano, la principal zona de extracción de mineral de hierro de Europa. Esta etapa dura aproximadamente dos horas con una distancia de un kilómetro y un desnivel de unos diez metros. Representa una dificultad baja, ya que transcurre por pistas cómodas y se puede adaptar a personas con discapacidad física o movilidad reducida.

La segunda propuesta, Conociendo el Valle de Oiola, se realiza a lo largo de tres kilómetros en dos horas y media por el valle donde confluyen varios arroyos como La Cuadra, Angela o la Gorriga y se adentra por parajes poco conocidos, pero de gran interés histórico y natural que permiten analizar la evolución del paisaje, desde los orígenes de la explotación minera, y comprender la necesidad de llevar a cabo un modelo de desarrollo sostenible. Como curiosidad en este valle que comparten Trapagaran y Ortuella existe una plaza de toros cuyo coso es poco menor que el bilbaino de Vista alegre. Finalmente, la ruta Los alrededores de Peñas Negras, ayuda a interpretar en apenas hora y media, el paisaje, ya que, aunque el entorno está marcado por la minería del hierro, se ven varias zonas muy diferentes. Además, se puede admirar El Laberinto, una de las joyas de este entorno y un lugar muy peculiar que ha sido tallado por la acción conjunta de la naturaleza y la mano del ser humano.

Se desarrollarán los fines de semana a partir de las 11.00 horas y con reserva previa contactando con la Ekoetxea por teléfono o mail

Las exigencias para garantizar la seguridad sanitaria han supuesto que los participantes pasen de 30 a 10 personas por grupo