UN taxi se detuvo en la calle Martín Mendia, en el casco histórico de Balmaseda. De él descendieron tres mujeres con aparatosos peinados al estilo de la reina francesa María Antonieta que no dejaban de palpar para cerciorarse de que todo seguía en su sitio. Los teléfonos móviles de las personas que caminaban en ese momento por allí se encendieron cuando se dieron cuenta de que lucían réplicas de la escultura de Oteiza que se encuentra frente al Ayuntamiento de Bilbao, el perro Puppy y la araña Mamá, dos de los emblemas del museo Guggenheim. Eran las participantes en el desfile con el que arrancó ayer la feria Basque Txok, un evento especializado en chocolate y café que alberga hasta mañana el palacio Horkasitas.

Catas comentadas, charlas y talleres a cargo de profesionales de varios países llenarán la antigua aduana durante el fin de semana en “uno de los eventos más relevantes de nuestra comarca en los últimos años que ha generado miles de consultas en la página web y ha colgado el cartel de completo en muchos alojamientos”, indicó la presidenta de Enkartur, Ángela Eguia. Y de “dimensión internacional, sin olvidarnos de nuestro productor, Kaitxo Balmaseda”, destacó el alcalde de la villa, Aitor Larrinaga.

La feria se estrenó en el calendario con la propuesta que Yolanda Aberasturi que sorprendió a los asistentes. Recreando la iniciativa que llevó a cabo en 2005, embadurnó de chocolate el cabello de tres modelos para dar forma a espectaculares tocados. Compartiendo con el público los detalles finales, confesó que es una materia prima que “cuesta manejar y conseguir la textura adecuada porque puede derretirse o quedarse muy seco”. Además, “tiene un peso considerable” que las modelos aguantaron estoicamente con sus mejores sonrisas. Al quitarse los batines de peluquería ya listas, descubrieron los vestidos confeccionados por Eder Aurre. El diseñador reconoció que los peinados “son muy delicados y laboriosos por lo frágil del chocolate” y que “he hecho preguntas a Yolanda durante todo el proceso para aprender”. En su primera visita al palacio Horkasitas, el edificio le recordó ayer “a Cuba, por el olor a café y chocolate y la decoración”. En el futuro no descarta presentar allí alguna colección porque “me gusta elegir emplazamientos singulares”.

Los comentarios de elogio hacia el entorno se repitieron entre los productores asistentes. “Hemos ofrecido sugerencias” para perfilar el programa final y “hay un cartel de lujo, gente que está considerada de lo mejor del mundo en el sector”, explicó Raquel González, catadora certificada de chocolate y partícipe de la empresa Kaitxo Balmaseda junto con el barista Mikel González.

Desde Florencia se desplazaron los integrantes de Torta Pistocchi, que ofrecieron “once tipos diferentes de chocolate”, uno de los cuales ha ganado “19 premios internacionales”, un excelente aperitivo en Balmaseda.